Por JHeyner a. durango hurtado
El pasado 14 de febrero, día de su cumpleaños 24, Peio Goikoetxea no pudo estar con ningún ser querido al lado. Los tenía a miles de kilómetros.
Pero no estaba triste, al contrario, sus ojos verdes irradiaban felicidad. “Es que aquí en Colombia hallé una familia que me acogió como un hijo más”. Se trata del Team Manzana Postobón, que le dio la oportunidad de seguir luchando por sus metas en el ciclismo, según expresó el español, quien ese día recibió su mayor regalo: debutar en el pedal colombiano. Lo hizo en la 12k Palmas.
“Estoy muy contento, la gente me acogió bien, y eso me ha dado mucha motivación para adaptarme a esta cultura y costumbres”, dice el corredor, que esta semana hace su primera carrera por días, la Vuelta al Valle, donde aportó su grano de arena para que su compañero Juan Sebastián Molano ganara la primera etapa.
“Es difícil el cambio, pero cuando hay amor por lo que se quiere y personas que te ayudan llega la calma”.
Confiesa que, a diferencia de su compatriota Óscar Sevilla, en los tres últimos años dominador en el país al ganar la Vuelta a Colombia, es un corredor más rodador, que va bien en el llano y que, por la topografía colombiana, le costaría un poco sobresalir en la montaña, pero reitera que dará la batalla como gregario para que sus compañeros se luzcan, y más en territorio europeo, que lo conoce bien y al que viajará este año el Manzana Postobón a correr en algunas pruebas ya que es equipo continental.
“Esa es la idea, ayudar en lo que me pidan. Quiero dejar huella en mi nueva familia”, señala Peio, quien en el Valle ya empieza a mostrar las virtudes que evidenció en la Vuelta a Portugal en 2014, cuando ganó la cuarta etapa .
