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Este pedalista busca ser fuente de inspiración para jóvenes de su comunidad.
En el Clásico RCN adquirió experiencia deportiva.
Hasta febrero pasado, luego de que su mamá le diera un nuevo empujón económico para que siguiera persiguiendo sus sueños sobre la bicicleta, Adrián Alejandro Cuétocue transportaba arena, mezclaba cemento, amarraba hierro, hacía excavaciones y cargaba y pegaba adobes.
Ahora, después de los esfuerzos que ha hecho y los lugares que empieza a recorrer a punta de pedalazos, tiene el gusto de decir, sobre todo a quienes lo empiezan a ver como un referente, que integró el selecto grupo de corredores de la edición 61 del Clásico RCN.
La última obra en la que laboró como albañil, en febrero pasado, fue en la Institución Educativa Normal Superior en Belalcázar, Páez, en el departamento del Cauca.
De ojos negros, piel morena, cabello oscuro y lacio, y contextura delgada, Adrián deja ver claramente su origen. Es indígena, natural de la comunidad Nasa, de Belalcázar.
Durante el tiempo de pandemia, y al ver que no encontraba oportunidades en el pedalismo, la construcción fue el camino de este deportista de 20 años de edad para generar ingresos.
Su madre, Leibi, docente, halló estabilidad laboral y respaldó al muchacho para que volviera a entrenar en su caballito de carbono, el cual se lo ayudó a conseguir la Alcaldía de Belalcázar.
Hace tres años, como juvenil, se impuso en la Clásica de Tulcán, en Ecuador.
Sus buenos resultados en la presente temporada, sumado a sus ganas de salir adelante, le abrieron las puertas en el Team Inder Huila, dirigido por el exclista Alirio Chizabas, para competir en el Clásico RCN.
“Siento que es más duro el ciclismo que la construcción. No demerito este último oficio, pero es que en realidad levantarse a pedalear cada día, sumar kilómetros, subir montañas, enfrentarse a las adversidades climáticas, no es nada fácil. Pero es lo que me gusta y mueve para seguir adelante”, expresó Adrián Alejandro.
En el Clásico que finaliza este domingo en Buenaventura, y en el que hizo su debut, el caucano marcha en el puesto 121, a 2 horas, 16 minutos y 12 segundos del líder Wilson Peña (Colombia Tierra de Atletas).
“Muchas veces me he visto de último en el pelotón y cerca de ser eliminado por no entrar en el límite de tiempo establecido en cada fracción. Pero recuerdo los esfuerzos que han hecho mi madre y seres queridos por darme lo mejor, también pienso en las personas que abrieron las puertas en el ciclismo, en mis metas, y sigo pedaleando, llegar a la meta es un triunfo”.
Para Cuetocué, la dureza del Clásico, con alta dosis de montaña, lo hizo más fuerte.
“Ser quizá el único corredor indígena del país ya es un orgullo. En las comunidades, como en toda parte, lo que prima es el fútbol, pero muchos niños de mi resguardo ya me admiran y empiezan a verme como referente”, sostiene el pedalista, actual campeón departamental en Cauca.
“Quiero ser ejemplo a seguir y qué mejor haciéndolo en este Clásico frente a grandes figuras. Soy joven y sé que trabajando más fuerte y constante podré estar a la altura de ellos en el futuro”, indicó Adrián, otra de las grandes sensaciones que dejó el denominado Duelo de Titanes
Periodista del área de Deportes