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Cabeto, el starter que deja un gran legado

Carlos Alberto Torres Serna, se despidió del club El Rodeo tras cuatro décadas dedicadas al golf paisa.

  • El club El Rodeo organizó un torneo en homenaje a Carlos Alberto Torres Serna, durante el evento todos le agradecieron esa dedicación y amor por este lugar. FOTO carlos velásquez
    El club El Rodeo organizó un torneo en homenaje a Carlos Alberto Torres Serna, durante el evento todos le agradecieron esa dedicación y amor por este lugar. FOTO carlos velásquez
  • Carlos Alberto Torres Serna durante el desarrollo del torneo programado como homenaje.
    Carlos Alberto Torres Serna durante el desarrollo del torneo programado como homenaje.
  • Carlos Alberto junto con sus compañeros de trabajo. Fáber Ortiz (lado izquierdo), su alumno más aventajado. Fotos Carlos Velásquez
    Carlos Alberto junto con sus compañeros de trabajo. Fáber Ortiz (lado izquierdo), su alumno más aventajado. Fotos Carlos Velásquez
  • Carlos Alberto junto a su esposa y su hija con quienes ahora disfruta los planes de fin de semana. FOTO Cortesía
    Carlos Alberto junto a su esposa y su hija con quienes ahora disfruta los planes de fin de semana. FOTO Cortesía
28 de junio de 2021
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Durante los últimos 42 años, la vida de Carlos Alberto Torres Serna estuvo ligada al club El Rodeo. Allí no solo dejó su huella, sino que vio crecer a cuatro generaciones de golfistas paisas, a esos deportistas que sigue por el mundo y que lo llenan de orgullo.

Fueron más de cuatro décadas en las que su vida giró en torno al campo del golf, a los scores, palos, greens, a esas emociones que producen los eagle (lograr el par del hoyo con dos golpes menos) y la angustia de los doble bogey (dos golpes por encima del par del hoyo), en la definición de algún torneo.

Este paisa, nacido en el Pablo Tobón Uribe, se inició como caddie de golf en 1974, estudió, se preparó, aspiró a ser profesional en este deporte y sagradamente su cita diaria con el otro amor de su vida, el campo del golf.

Todos los días, llegaba a su segunda casa a las 4:30 a.m., para dejar listo todo, su profesionalismo siempre lo llevó a dar al máximo, a cuidar cada detalle, para que los deportistas nunca tuvieran inconvenientes con sus salidas, recorridos, scores y registros.

Profesionalismo que reconocen socios y compañeros. Uno de ellos, Faber Ortiz, destaca a Cabeto como una insignia del club, un hombre que se preparó para su labor y que ayudó para la formación de otros caddies. “Siempre ha sido una persona generosa con su conocimiento, se preocupó por formar a otros y ha sido clave en torneos nacionales e internacionales que ha hecho el club, su labor estuvo muy ligada a ´la Federación donde también lo reconocen como un gran profesional”.

Lleno de gratitud, Carlos Alberto, Cabeto, como le dicen, reconoce que así como dio su vida al golf del club El Rodeo, los socios, la razón de ser para él, le dieron siempre lo mejor, y gracias a ese vínculo que construyó pudo no solo salir adelante, sino ayudar a su familia, a su hija Rossan Torres para convertirse en profesional y a su esposa Amilvia Vanegas.

Las dos son su orgullo, tienen su admiración y ahora, que Carlos Alberto pudo pensionarse y decidió decirle adiós a su labor como Starter (persona empleada por el campo de golf para organizar las salidas y todos los pormenores de un torneo), son quienes están disfrutando a ese esposo y padre.

“Hay nostalgia por dejar algo que ha sido tu vida entera tanto tiempo, pero estoy feliz viviendo con ellas una etapa muy linda, no es fácil cuando te pasas más de 40 años sin fines de semana libres para la familia, pero agradezco al club, sus socios, a los golfistas y mis compañeros porque siempre mi estadía en El Rodeo fue maravillosa, aprendiendo y compartiendo con seres humanos extraordinarios”, reconoce Cabeto.

El torneo del adiós

Su labor y legado fueron reconocidos también con un torneo, evento que el club organizó como despedida Carlos Alberto.

Con emoción Cabeto recuerda esos primeros pasos que le vio dar a Camilo Villegas, ese niño que siempre demostró que sería grande, afirma.

Pero su lista es enorme, podría llenar un cuaderno con todos los nombres de socios y golfistas que han marcado su vida, que ha visto crecer convertirse en profesionales de este deporte que aprendió a querer siendo un niño y que le dio la oportunidad de soñar.

Durante el torneo de su despedida, compartió con esas personas que admira, que le dieron un adiós lleno de emoción, algo que disfrutó al máximo.

En su último día, llegó puntual, como siempre, a las 4:30 a.m., trató de no pensar en eso, que era su adiós sino de disfrutar y emocionarse con el césped, los hoyos, los palos las bolas de golf, los elementos que le permitieron ser feliz y sacar adelante a una familia, una profesión, una vida.

Disfrutar la naturaleza con su esposa y su hija, dedicarle tiempo a sus hermanos, sobrinos, su familia, esa gente que lo ha esperado 40 años para compartir, es el plan de Cabeto.

Se siente tranquilo con el adiós, sabe que formó personas que lo harán igual de bien y que El Rodeo seguirá sacando golfistas de alto nivel, profesionales que dejaran en alto al club y al golf, que ha sido su pasión toda la vida

$!Carlos Alberto junto a su esposa y su hija con quienes ahora disfruta los planes de fin de semana. FOTO Cortesía
Carlos Alberto junto a su esposa y su hija con quienes ahora disfruta los planes de fin de semana. FOTO Cortesía
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