El parecido entre Óscar y Ubeimar: fracaso, poesía y resiliencia
“Lo que sucedió ahí fue una cuestión más del azar. A mí lo que me gusta decir es que es una causalidad de la vida, pero es por bobear. En todo caso, un sobrino de mi esposa, él se llama Carlos Eduardo Duque –que toca en Los Árboles y ha tocado en esos grupos de rap famosos de Medellín que viajan por el mundo– tuvo la oportunidad de estar cercano al guion, además porque él es amigo de Simón. Le dijo a Simón: “Simón, yo le tengo a su poeta”. Y Simón Mesa le dijo: “Pues si el hombre quiere que presente el casting”. Lo hice. Pasó más o menos un año y nada. A mí ya se me había olvidado el asunto. Pero, estando incapacitado en una finca donde vivía en ese momento, me llamaron de nuevo para un casting ya con libreto y yo no podía salir de la casa. Les dije que yo no podía. Entonces, Simón me llamó a los 5 minutos y me dice: “¿Podemos ir a hacerle el casting a su casa?”. Y yo, “Ah, vengan”. Y fueron, me lo hicieron y a los 2 días me dijeron: “Usted es el protagonista de Un poeta”. Fue una cosa muy curiosa”.
¿Qué tanto de vos hay en el personaje?
“Lo que pasa es que Óscar es un hombre que tiene muchos infortunios. Le pasan cosas demasiado malas. A mí no me pasan tantas. Sin embargo, hay ciertas posturas de Óscar, ciertos lamentos, la manera también de mirar el mundo de él, que a veces me toca volverlo a retomar en la medida en que llegan periodistas y esta gente que son creadores de contenido, que me dicen que hable como él. A veces me siento hasta haciendo el ridículo, pero yo le hago. De alguna manera nos parecemos en algo”.
Ser actor natural: entre la intuición y la guía del director
En un artículo de Generación dijiste que todos de alguna manera somos actores naturales. Hablemos de eso...
“Todos de alguna manera somos actores naturales, lo que pasa es que la gran mayoría de la gente no lo sabe y a mí me tocó entrar en acción y en escena. En el caso mío, justamente Simón no hace una diferenciación entre actor natural y actor profesional. Hicimos un trabajo previo con Catalina Arroyave y el mismo Simón, ellos nos prepararon. Entonces, eso nos sirvió mucho para llegar posteriormente al rodaje con cierta seguridad. Y ya lo otro es la seguridad, valga la redundancia, de uno saberse el guion. Después de uno tener claro el guion, lo siguiente es dejarse dirigir. A mí me decían: “Mire, así”. Y yo miraba así. Entonces fue también como una cuestión de dejarme guiar por los que saben de esto”.
Además: Un poeta, la película colombiana que se presentó en Cannes y emocionó con su historia
La reacción del público y el impacto emocional de la película
La película ha tenido una buena acogida. ¿Cómo has vivido esto?
“Ha sido mucho trabajo. Mucho viaje a Bogotá. Allá llegamos de sorpresa a algunas funciones y me pasaron cosas muy muy extrañas. Una señora de 80 años me abrazó llorando por lo que había sucedido ahí y lo que había visto. Entonces eso a mí me llena como de alegría por un lado, pero también me conmueve. En ese sentido me ha pasado eso y bueno, ver la reacción de las personas ha sido increíble”.
Hablemos un poquito también de Ubeimar...
“Óscar es un fracasado en literatura y yo también. Es decir, nosotros en la década de los 90 nos ganamos algún premio de la Casa de la Cultura y tal, pero después no pasó nada con nosotros en literatura. Realmente yo no me siento poeta. Muchas personas que están muy cercanas a mí me dicen: “Usted sí es poeta”. Pero no vivo tanto en el oficio. Puedo pasar dos o tres años sin escribir un poema y en algún momento me llega algo y lo escribo, pero no sé cómo decirlo... me siento un mal poeta. Dicen que hay dos tipos de poetas, los buenos y los malos, y yo sé que no soy un gran escritor ni un gran poeta, pero tampoco es que me moleste por eso”.
Aquí puede ver la entrevista completa de Un Poeta: