Del 25 al 27 de junio, Medellín fue la sede del 35.º Encuentro Nacional de la Red de Bibliotecas de Cajas de Compensación Familiar. Las actividades se desarrollaron en el Parque Cultural y Ambiental Otraparte, la sede Aranjuez de Comfama y el Claustro Comfama San Ignacio.
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Durante tres días, representantes de las 217 bibliotecas que conforman esta red nacional se reunieron para analizar el modelo bibliotecario que han construido en más de treinta años de trabajo conjunto. La agenda del encuentro se enfocó en pensar los desafíos que enfrentan los sistemas bibliotecarios. Para ayudar en esa reflexión, la programación incluyó encuentros con invitados nacionales y extranjeros.
Entre las actividades programadas estuvo la charla de Karla Paniagua, licenciada en Comunicación Social por la UAM-X y maestra en Antropología Social por el CIESAS. Paniagua, que estudia metododologías para el análisis del cambio en diferentes sectores, cuestionó las ideas preestablecidas sobre el destino de estos espacios en el contexto actual de transformación digital.
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Según Paniagua, el futuro de las bibliotecas no puede entenderse sin considerar la interacción entre pasado, presente e imaginarios sobre el porvenir. “No se puede repensar el futuro de las bibliotecas ni el futuro de nada si no convocamos en este ejercicio al pasado y al presente. Están interconectados”, le dijo a EL COLOMBIANO. También insistió en que el futuro de las bibliotecas debe ser definido por quienes las usan, trabajan en ellas o diseñan políticas públicas, y no por voces externas.
Si bien Paniagua reconoció que dispositivos tecnológicos ofrecen acceso inmediato a grandes volúmenes de información, indicó que más allá del temor por el reemplazo de las bibliotecas físicas, se deben explorar los posibles usos de la tecnología como complemento. “No necesariamente las tecnologías destruyen, sino que también propician nuevas formas de leer”, afirmó.
También destacó que las formas de lectura han cambiado. Leer ya no se limita a interactuar con un libro impreso. Hoy implica escuchar, ver, interactuar con medios digitales y plataformas, entre ellas TikTok y los videojuegos. Esto ha generado, según dijo, una “proliferación de información” y múltiples vías para el acceso al conocimiento, aunque también riesgos de desinformación y sobrecarga de contenidos.
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Desde su perspectiva, Colombia ocupa un lugar importante en el panorama regional por su cultura editorial, lectora y de biblioteca. Si bien no se identifica como especialista en bibliotecología, la investigadora reconoció el papel de Medellín y el país en la consolidación de redes bibliotecarias con amplio alcance territorial.
“Mi expectativa es que estas tecnologías contribuyan a una mayor difusión del conocimiento y no a una mayor confusión, que a veces eso es lo que pasa. Enfrentamos una avalancha de contenidos, porque ahora le llamamos así a la información. Y en esa avalancha, nos perdemos. Ojalá que esos diferentes medios sirvan para un mayor disfrute y para un acceso más democrático al conocimiento”, dijo Paniagua en su entrevista con EL COLOMBIANO.