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Una historia llamada Jorge Oñate

  • El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
    El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
  • El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
    El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
  • El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
    El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
01 de marzo de 2021
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Era 1985 cuando Jorge Oñate, junto con Juancho Rois, interpretó la canción “El cariño de mi pueblo”, del compositor Gustavo Gutiérrez: “El que toda la gente me quiera es un placer que me da la vida, que muchos desearían. El que todos los amigos míos se llenen de infinita ternura con las canciones mías... He tenido momentos felices, de esos que no se olvidan. Cuando pasan los años, uno va comprendiendo que lo más bello, que lo más bello, es regalar ternura, es sentir el cariño de los amigos y de la gente de mi pueblo”. Hoy, un día después de su partida, esa canción describe lo que dejan los 71 años de vida y de música de esta Leyenda del vallenato y el folclor.

El maestro Oñate falleció este domingo en el Hospital Pablo Tobón Uribe, en Medellín, luego de que se agravó su salud tras contraer covid.

“Después de viejo” es una de las canciones que el maestro le grabó —junto a “Colacho” Mendoza— al compositor Beto Murgas, hoy director del Museo del Acordeón, en Valledupar. “Fue un cantante exitoso. Todos sus compositores debemos estar agradecidos con él. Nos abrió espacios para que nuestras inspiraciones se dieran a conocer, no solo a nivel nacional, sino internacional”.

Cuenta que Jorge, como lo llama, tuvo la fortuna de ser, por decirlo de alguna manera, multitemático, recordando así los temas musicales con estilos costumbrista, romántico y picaresco. A su vez admira la capacidad que tuvo para seleccionar las canciones y los compositores. “Él transmitió nuestros cantos a todas las generaciones, y fue cuidadoso y objetivo para escoger las canciones que él se daría cuenta de que serían éxitos”.

Sobre El Ruiseñor del Cesar también habla el cantante de vallenato Hebert Vargas. Recuerda que desde niño se aprendía los temas del maestro. Coincide con Murgas en que “el éxito de su carrera musical se debe a la escogencia de las canciones”. En su opinión, esa cualidad le permitió estar vigente en la música vallenata.

También lo recordarán como un “gran intérprete”. Así lo afirma Guillermo Mazorra, director de Artistas y Repertorio de Sony. Menciona su vallenato costumbrista y romántico, “con algunos sonidos que se iban actualizando”. Pero, aclara, “fue un defensor, durante toda su vida, de la parte raizal del vallenato, de donde venía el vallenato, y de no generar fusiones”.

Pero cuenta que el maestro se animó a participar en una fusión, junto a Silvestre Dangond, cuando el año pasado ambos artistas grabaron el clásico “Volví a llorar” y “Firi Firi”. “Hay una conversación entre Jorge y Silvestre con la canción “Firi Firi”, en la que dice que el vallenato va a seguir siendo el vallenato y que el folclor es el folclor”.

El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA

En ese sentido, Vargas afirma que Oñate siempre estuvo de acuerdo con la evolución del vallenato. “Siempre estaba de acuerdo con todo lo que uno hacía, modernizar un poco... Él no se quedaba atrás porque era un artista muy versátil, que entregaba todo en tarima y también en sus producciones”.

Aunque no grabó muchas colaboraciones, como lo anota Mazorra, sí estuvo con muchos artistas en tarima. El vocero de Sony comenta que algunos colegas le decían a Oñate que era momento de retirarse, pero que él les aseguraba que todavía se sentía vital y podía seguir “subido en las tarimas haciendo el mejor show, y así lo hacía. Él se subía a una tarima y bajarlo era casi imposible, porque tenía un repertorio gigantesco”.

El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA
El maestro Jorge Oñate falleció este 28 de febrero, a sus 71 años. FOTO COLPRENSA

Un guerrero en busca de nuevos talentos

Murgas lo reconoce como el patriarca del vallenato. Comenta que la mayoría de los muchachos nuevos siguieron voces fuertes como las de Oñate y Poncho Zuleta. “Dirigió la historia del vallenato cuando sale como cantante. Porque antes de él venía era aquel músico que cantaba, tocaba acordeón y hacía canciones, que se denominaban juglares, pero ya con Jorge Oñate se hablaba de conjunto vallenato, siendo él el líder”.

Y lo llama “guerrero”, pues era tal su pasión que acompañaba a los músicos que grababan con él en su formación como reyes vallenatos. El compositor menciona a Miguel López, Raúl “El Chiche” Martínez, Fernando Rangel, Cristián Camilo Peña... “Él quería que sus compañeros fueran los mejores, y fueron los mejores”.

Ese acompañamiento a otros artistas y la amistad con ellos permanecieron hasta el final de sus días. “Aún con los muchachos nuevos, como Silvestre Dangond y Peter Manjarrés, él estaba ahí, como un gran luchador. Así conforme luchó por su vida, estuvo también luchando por su música... Él era padrino de Silvestre, a Peter le decía sobrino. Él fue quien abrió el camino para los demás. Tuvo que luchar mucho con las casas disqueras... Para que el vallenato se diera a conocer en el interior del país y fuera trascendiendo”, relata el compositor.

Por su parte, Mazorra recuerda el respaldo que le dio a Diomedes Díaz. “Fue uno de esos pilares que apoyó muchísimo a Diomedes en sus pinitos... Él lo subía como telonero en varios shows”.

“Lo vamos a recordar con su repertorio, con esa voz tan espectacular. Porque por eso se le llamaba el Jilguero de América, porque tuvo una voz muy representativa, como se le decía en el vallenato, muy bravía, pero con un tono melódico”, añade Mazorra, sin olvidar que en su legado también se destacará su defensa del vallenato, pues con esa causa buscó permanentemente nuevos talentos. “Fue un luchador por la música”, concluye.

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