Medellín es reconocida hoy a nivel mundial por ser la capital del reguetón; artistas nacionales e internacionales han pasado por estas calles para impulsar sus carreras. Sin embargo, como ocurre en las grandes ciudades, hay otros fenómenos culturales que se “cocinan”, creando contrastes menos conocidos.
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Uno de ellos es el fenómeno del K-pop —el género coreano que ha tenido una gran acogida mundial— que se enseña a través del baile en diferentes academias de Medellín, inspirados en grandes artistas de talla internacional como BTS, Blackpink y NTC.
Una de las primeras academias en establecerse en Medellín es Ninano Dance, ubicada en Laureles cerca a la Universidad Pontificia Bolivariana: se encuentra al lado de un mercado coreano, en un segundo piso de un edificio; adentro está el salón caluroso con luces de colores y paredes blancas donde se reúnen los jóvenes a bailar K-pop, un género que incluye otros como el rap, pop, jazz, rock, entre otros.
En una de las paredes de la academia se encuentra la bandera de Corea del Sur y al frente, una habitación con mercancía coreana, imágenes y libros de las bandas de K-pop. También tienen una cafetería donde ofrecen bebidas coreanas como la malteada dalgona que está hecha con una espuma de azúcar y agua.
Su historia
Todo comenzó en 2019 con la llegada de tres coreanos a Medellín que notaron que en la ciudad existían personas con un amor y un interés por su cultura y su música.
“La academia primero inició como una cafetería que vendía helados, pero era un lugar al que se venía también a escuchar música y así se empezaron a dar las clases. Con la llegada de la pandemia el proyecto se pausó y finalmente en 2021 se consolidó Ninano Dance donde se ofrecen clases de baile de K-pop en nivel básico, intermedio y avanzado y al que pueden venir todo tipo de personas”, cuenta Ana Sofía Pérez, administradora y profesora en Ninano Dance.
Ella es una joven de 21 años, cabello corto y oscuro y un acento paisa que contrasta con su estética coreana —porque ellos imitan y acogen expresiones de las personas que son autóctonas de la región—.
Los profesores de Ninano son jóvenes, la mayoría menores de 25 años, tienen mucho talento para el baile y lo audiovisual. Ellos mismos graban con sus celulares sus sesiones de baile y las coreografías que montan de otras bandas. Los videos los suben a Instagram (@ninanodance). Es una de las formas de darse a conocer.
En Ninano Dance hay aproximadamente 200 estudiantes en los diferentes niveles de baile, sumando los grupos conformados dentro de la academia con los que participan en competencias locales y en los cuales han ganado el primer lugar en algunos concursos.
Medellín es un centro competitivo de baile K-pop, hay varios festivales como el K-pop diamond fest, Medellin contest, Hallyu Poket, Explosive y K-pop revolution, donde hay categorías desde solistas, dúo y hasta equipos, tanto femeninos como masculinos.
“En la ciudad se hacen sorprendentemente demasiadas competencias de K-pop, nosotros tenemos grupos con los que participamos. Hay competencias de Rookies que son los que apenas están comenzando y de Élite que son los que tienen más experiencia”, explica Isabella Salazar Toro, profesora y bailarina de estos concursos. Con su dúo Nexus ha logrado llevarse el primer lugar en el K-pop diamond Fest y en el Medellin contest.
¿Qué tiene este baile?
Bailar K-pop trae varias exigencias en la sincronización, coordinación y rapidez con la que hacen cada uno de sus movimientos; el trabajo en equipo, acoplar los movimientos de tantas personas —suelen ser grupos grandes de más de 13 bailarines— es difícil y a eso se suma la capacidad de expresión facial, de transmitir la emoción de la canción a través de gestos, haciendo que el espectador se emocione con lo que ve.
Lo que suelen hacer estos grupos de baile es un performance completo: piensan en el maquillaje, vestuario, el cabello, las expresiones faciales y hasta en la utilería que usarán en el escenario, porque a veces interactúan con diferentes objetos, convirtiéndose en artistas muy versátiles.
“Nosotros tenemos ciertas exigencias en nuestro baile, como la coordinación y el aguante, porque estos bailes cansan muy rápido. Hay momentos de clímax y es mucho cardio. Son coreografías en las que uno está en el suelo y de un momento a otro estás en el aire, saltando. Otra exigencia es la manera en la que transmitimos la canción: hay unas animadas, otras tiernas, otras tristes, rudas... entonces debemos personificar la emoción mientras bailamos e imitar lo que mejor podamos la coreografía original”, dice Isabella.
Y es que la mayoría de sus coreografías son covers de otros artistas reconocidos, admiten tener mucha influencia de BTS y Blackpink y en las competencias se pueden fijar en la fidelidad de la imitación.
“Cada uno de los bailarines asume un personaje y se dedica a ver videos, las posturas de la persona que imitarás. Es casi como aprender de actuación. A veces se copia de manera muy fiel y se ensaya en el espejo y otras veces podemos ser más creativos”, dice María José Suspez Gómez, estudiante e integrante del grupo de competencia femenino Vanity.
En los momentos donde hay espacio para la creatividad, la profesora Isabella Salazar Toro cuenta que hacen principalmente coreografías para los intro de las canciones.
“También existe algo que se llama dance break que es una parte de la canción que deja de sonar la voz y queda un espacio para lo instrumental, es donde el baile entonces nos da esa libertad creativa”, dice.
Lo femenino y masculino
Dentro del mundo K-pop existen los grupos masculinos y femeninos que definen en las coreografías ciertos movimientos: las bandas de hombres tienen movimientos más “rudos” con géneros como el hip-hop o ritmos latinos. Las bandas femeninas se van por corrientes más sutiles, con otro tipo de inspiraciones.
“Eso no quiere decir que si eres hombre no puedes hacer coreografías más femeninas o viceversa. Aquí en Ninano exploramos los diferentes movimientos, no importa cuál sea nuestro género. Todo esto es una interpretación de lo que es lo femenino y masculino”, agrega María José.
Un bailarín profesional, dice la estudiante, debe entrenar mínimo ocho horas a la semana. María José entrena todos los días y además de bailar K-pop también lo hace con la danza urbana.
¿Cómo entrar a la academia?
La academia ofrece diferentes paquetes de baile que van desde $81.000 hasta $110.000 o un plan de más valor para entrar a todas las clases. Todos los estudiantes antiguos tienen un 10 % de descuento.
También está la opción de que una persona asista un día a vivir la experiencia de una clase o ser parte de uno de los videos. La idea es que más personas se animen, no importa la edad ni el género.
Para los que quieren ser bailarines de competencia, la academia abre cada cierto tiempo audiciones para representar a la academia en los diferentes eventos de la ciudad.
Ninano Dance también ofrece clases de coreano para acercar cada vez más a las personas a la cultura asiática y por qué no, entender más sobre las canciones de este género que seguirá expandiéndose alrededor del mundo.