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Jugar a meterse en la película, ¡algo casi real!

Esta propuesta pone a prueba la mente, la creatividad, la observación y el trabajo grupal. Le contamos una experiencia en Medellín.

  • Luego de vivir la experiencia en las salas, se puede disfrutar de los juegos de mesa y el servicio de restaurante bar. FOTOS Andrés Camilo Suárez
    Luego de vivir la experiencia en las salas, se puede disfrutar de los juegos de mesa y el servicio de restaurante bar. FOTOS Andrés Camilo Suárez
  • Jugar a meterse en la película, ¡algo casi real!
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24 de marzo de 2021
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Tiene 60 minutos para escapar de un cuarto en el que la luz es tenue. Al frente hay una pantalla que muestra el tiempo, son números grandes y rojos que le retumban cada segundo en la cabeza. Es posible salir, sí, pero lograrlo solo, no, necesita la ayuda de otra persona. Hay que seguir pistas, descifrar mensajes y buscar llaves para abrir candados y cajones y puertas secretas. Está atrapado. Le sudan las manos, la cara, las axilas. La tensión le da calor. Es como estar dentro de una película de misterio y ser un personaje más.

Para llegar allí debe subir 19 escalas de cemento. Cuando va en el escalón número diez se cruza con un mensaje pegado en la pared: ¿Te atreves a subir? Si acepta seguir el camino, entonces ingresa a ese cuarto donde el cronómetro no para de correr y siente que se quedará encerrado para siempre. El corazón se zarandea.

Las únicas herramientas con las que cuenta para fugarse de ese lugar que mide 25 metros por 30 es la lógica, el sentido de observación y el trabajo en equipo. Nada más. Es una carrera contrarreloj y un reto personal.

“Nos basamos en los juegos de escape, aquí un grupo de amigos de mínimo dos personas y máximo seis están encerrados en una sala temática y la idea es que tienen que lograr salir resolviendo retos y códigos”, explica María Martínez, administradora de Enigma Escape Room, un centro de entretenimiento en el barrio Laureles de Medellín.

Como en todo juego, en este también existen reglas: no se puede usar la fuerza ni los pies para encontrar las pistas que lo llevarán a resolver los retos. “Cuando algo no abre fácil seguro no hay manera lógica de hacerlo, se debe buscar una forma más inteligente para conseguirlo”.

En la puerta cuelga una llave por si ocurre un caso de emergencia o por si algún jugador se siente mal y desea retirarse de la competencia. Sin embargo, Martínez advierte que si se utiliza sin ser necesario todo el equipo pierde. Tampoco se pueden tocar elementos que se encuentran allí como ventiladores, televisores, aires acondicionados o cámaras. “Todo es para mejorar la experiencia, pero no hace parte del juego”.

“La idea es que las personas se metan en la película, antes de ingresar les contamos una historia para que se animen, en la del secuestro les decimos que se quedaron encerrados en un parqueadero y tienen una hora para escapar antes de que el secuestrador llegue, que tienen que encontrar las pistas, es para que sepan lo que tienen que hacer adentro”.

La temática de la sala produce la sensación de un futuro incierto y pone a prueba las emociones dentro de unos muros donde solo se escuchan lamentos, quejidos, gritos de ayuda y la única compañía son la voluntad y la esperanza.

“Cuando son dos personas el nivel de tensión es un poco mayor, de cuatro en adelante muchas veces logran escapar. Las salas están inspiradas en el cine y en algunos hechos famosos o impactantes que a la gente le gusta vivir en carne propia”.

Estar encerrado aquí es una intriga constante, un poner a prueba la agilidad. “Solo se entiende si uno mismo lo vive, es algo más de lógica y sentido de observación”. Después de cruzar la puerta hay que tener los ojos bien abiertos porque lo que se necesita para escapar está en la habitación y en la mente

Más alternativas en medellín

Jugar a meterse en la película, ¡algo casi real!

Mil Espadas es un grupo que practica el deporte alternativo Softcombat (combate ligero). Utilizan réplicas de las armas de la Edad Media como espadas, hachas, lanzas y escudos fabricadas en espuma que no permite que las personas se lastimen entre ellas. “Es similar a la esgrima, solo que no se necesita protección, entrenamos los sábados en el barrio Santa Lucía”, dice David Gómez, director de esta comunidad que en la actualidad cuenta con 20 integrantes (mayores de 14 años). Antes eran de un corte fantasioso, “ahora le apuntamos más a la técnica del combate”.

Jugar a meterse en la película, ¡algo casi real!

Skald está conformado por 24 personas que recrean la Era Vikinga. “Utilizamos objetos que usaron los vikingos en su tiempo, practicamos las mismas artes y oficios de esa época”, señala Juan Velásquez, director del grupo. Entrenan los sábados en el parque Monumento a los Obreros frente a la Nueva Villa de Aburrá. “Somos una especie de museo viviente, la gente que asiste a nuestros eventos aprende y se divierte”. La edad mínima para participar es 18 años y se debe pagar una cuota mensual de 20.000 pesos para financiar las actividades.

60
minutos es el tiempo para intentar escapar de la sala temática.
El empleo que busca está a un clic

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