Lo dicen en serio: “Ofrecemos disculpas”. Y lo hacen por adelantado, pues no es por algo que hicieron, sino por lo que van a hacer. Es una disculpa por sacarlo a usted de la casa, por invitarlo a gastar su tiempo generando experiencias memorables.
Disculpas por los televisores apagados los fines de semana y las maratones incompletas de series, porque en el centro comercial Santafé se vivirá la fantasía; disculpas por el teléfono sin usar para pedir domicilios, porque el encuentro para almorzar, tardear y comer será en Santafé; disculpas por hacerlo cambiar de planes para quedarse un rato más en Santafé dejándose sorprender.
“Queremos crear experiencias que trasciendan. Son asuntos intangibles, pero nuestra filosofía es que esos momentos perduren en el tiempo. Uno recuerda siempre los mejores momentos”, afirma María Fernanda Bertel, gerente del centro comercial. Porque las cosas se agotan, pero lo que perdura es la historia de lo que vives, agrega. La invitación es sencilla, pero poderosa: gasta en vivir.
Porque entendieron que allí, en sus corredores y pasillos, pasa algo más allá del comercio. Sí, hay un mix comercial variado, “donde hay de todo para todos”, pero la gente en Santafé encuentra más que locales comerciales. “No se trata de adquirir una camisa, sino de la experiencia de comprar esa camisa y de cómo eso te hace parte de este mundo que es Santafé, porque cada una de nuestras actividades liga esa compra con nuestras propuestas de diversión, por ejemplo”, explica María Fernanda. “Así que, nos disculpamos por esos planes que no harás por estar más tiempo aquí con tus amigos, con tus hermanos, con tus padres...”.