Cuando una mujer se atreve a denunciar acoso o abuso sexual, los reflectores pueden ser revictimizantes. Desde que Viviana Vargas, contratista del Ministerio del Interior, expuso el acoso que presuntamente sufrió por parte del exviceministro Diego Cancino, sigue bajo los reflectores. Por eso, dice, no dará más entrevistas a medios y prefiere concentrarse en recoger testimonios de otras mujeres y concentrarse en que la denuncia penal avance.
Sin embargo, Vargas acepta hablar con EL COLOMBIANO, en medio de su trabajo, el cuidado a su hija y su proceso después de haber sufrido un episodio semejante.
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¿Cómo está? ¿Cómo se siente desde que hizo la denuncia?
“Después de que hice la denuncia, realmente ha sido un proceso demasiado duro en términos emocionales, porque esto ha representado no solamente afectaciones para mí, sino también para mi entorno familiar. He tenido acompañamiento psicosocial, pero la verdad, el exponerme para hacer visible esto, pues obviamente ha traído comentarios bastante odiosos, llenos de rencor, llenos de juicios de valor que hace la gente sin tener en cuenta lo que atraviesa por el sentir de cada ser humano. He sentido miedo, por todo lo que representa esto en de las repercusiones para mí, en términos de lo mediático, de que no sabía cuál iba a ser la reacción del señor Diego Cancino, en términos de cómo se iba a tratar este tema desde los medios de comunicación”.
“Tenía miedo de la revictimización, y pues uno siempre tiene miedo a que la justicia no lo escuche a uno. Entonces, pues, obviamente ha sido un ejercicio bastante complejo desde el principio, desde el día uno, cuando empiezo a pensar en esa dicotomía de mi Gobierno, es el Gobierno por el cual he apostado y trabajado, es una persona (Cancino) a la que admiraba mucho y con quien quería construir proyecto social y que lamentablemente no respetó mis límites. Y pues esa dicotomía obviamente se basa en si denuncio o no, si me quedo callada, si denuncio será que habrá repercusiones contra mí, tengo una hija por la cual responder, tengo una hija la cual cuidar, no sé, fueron como muchos dilemas en ese momento. Pero pues al sentirme tan afectada solo pude pensar en que tenía que ser consecuente con mi trabajo como defensora de derechos humanos durante muchos años, y en ese sentido pues había que ser consecuente con ello. Había que generar las acciones que en cualquier otro caso hubiera generado, y en este caso pues para mí la vía más coherente era la denuncia, por eso acudí a la activación de rutas tanto psicosocial como jurídica para poder sobrellevar pues todo este tema”.
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Tras hacerse público su caso, ¿se han acercado otras mujeres para contarle episodios de acoso y abuso que han sufrido de otros políticos? ¿Cómo es el proceso para abordar esos casos?
“Frente a la segunda pregunta en donde se menciona que si desde que hice la denuncia se han acercado mujeres para contarme episodios de acoso y abuso que han sufrido otros políticos y cómo es el proceso para abordar esos casos, en realidad sí, incluso he tenido conversaciones con varias de ellas. La ruta es inicialmente la ruta psicosocial, porque sin ese acompañamiento psicosociales muy difícil asumir todo este proceso. Hay diferentes organizaciones y hay diferentes instituciones que tienen este acompañamiento psicosocial a nivel territorial y a nivel nacional, y desde allí pues las psicólogas que atienden estos casos dan guía a la mujer para que puedan activar la ruta de denuncia si así lo quieren, pues la que deseen. Luego ya con el acompañamiento jurídico, con la activación del acompañamiento jurídico, se procede en materia de la denuncia ante fiscalía, este acompañamiento por lo menos Sisma Mujer es una de las grandes organizaciones que apoyan estos temas y brindan ese acompañamiento jurídico para darle sustento normativo y jurídico a las denuncias, darle como un orden cronológico a la narración de los hechos y presentar obviamente una denuncia que vaya en vía de la protección de los derechos de las mujeres. Entonces la ruta es iniciar con lo psicosocial, seguir con lo jurídico y de ahí en adelante la activación de las instituciones como la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría precisamente para poder brindar garantías al proceso. Hay que dejar en claro que hay diferentes rutas de denuncia, si la mujer no se siente cómoda haciéndolo mediático exponiéndolo ante los medios es válido, si la mujer decide hacer un escrache es válido, si la mujer o la víctima decide denunciarlo por fiscalía es válido, si la mujer o la víctima solamente quieren denunciar ante un partido político es válido. Todas las formas de denuncia son totalmente válidas y el proceso que hay que seguir como ya lo indiqué es el proceso psicosocial, luego el proceso jurídico y mantener un acompañamiento psicológico todo el tiempo por todo lo que representa en términos de carga emocional este tipo de denuncias”.
En las declaraciones que Diego Cancino dio después de publicar el comunicado, dice varias cosas que no coinciden con su relato y con las pruebas como los pantallazos de WhatsApp, ¿qué piensa de lo que dijo?
“Espero que Diego Cancino, cuando sea convocado por la Fiscalía General de la Nación pueda dar su testimonio. Lo único que puedo opinar es que es una posición pasivo-agresiva que no da cuenta una coherencia entre decir que no ejercía ningún poder ni ninguna jerarquía sobre mí pero inicia su conversación diciendo que fue el concejal más votado de Bogotá y pues eso ya es en sí un nivel superior en términos políticos respecto a mí y cuando menciona que su forma de cortejar es esa pues obviamente genera muchas suspicacias”.