Sin mucho protocolo y en una sede comunitaria de Tumaco (Nariño), el general (r) Óscar Naranjo empezará a ejercer sus funciones como vicepresidente de la República, un par de horas después de que tome posesión ante el presidente Juan Manuel Santos.
Se reunirá con un grupo de defensores de derechos humanos para escuchar sus problemáticas, antes de tomar las primeras decisiones para garantizar su protección. Lo acompañarán Paula Gaviria, consejera presidencial para los derechos humanos y el viceministro del Interior, Guillermo Rivera.
Esa fue una de las cinco tareas que marcarán la agenda de nuevo vicepresidente. También será la punta de lanza del Gobierno en la implementación del Acuerdo, la seguridad ciudadana, la política antidrogas y la lucha contra el crimen organizado.
Así lo ratificó ayer, durante su elección en el Congreso, donde fue postulado por los partidos Liberal y Cambio Radical y respaldado por las demás colectividades, excepto el Polo y el Centro Democrático.
Mandó una alerta a las bandas criminales, para que no crean que por la existencia de un Acuerdo de paz se flexibilizará la lucha contra ellas.
El expresidente Álvaro Uribe dijo que apreciaba al general Naranjo y a su familia, que le tenía gratitud por los avances del país en la lucha contra el terrorismo, cuando lo nombró director de la Policía, pero que lo ocurrido en el gobierno Santos le impedía acompañarlo en su elección.
El nuevo ‘vice’ quiere estar en contacto con las regiones. Mañana viajaría a Cartagena a un foro empresarial.