Con la Plaza de Bolívar colmada, pero sin lograr una conversación directa con el presidente Iván Duque, concluyó ayer la octava jornada de la minga indígena y la segunda desde su llegada a Bogotá. Los mingueros salieron desde el Palacio de los Deportes, donde se hospedan, en un marcha pacífica hasta llegar al centro, donde los recibió la alcaldesa Claudia López.
La mandataria agradeció a los indígenas el orden y el carácter “absolutamente pacífico con el que se desplazaron”, y aprovechó para reforzar el llamado al diálogo: “Colombia debe escucharse para buscar soluciones. Reitero el mensaje al Gobierno para que escuche a la minga y sus demandas”.
Los mingueros llegaron a Bogotá el domingo pasado tras esperar en Cali, desde el 12 de octubre, a que el presidente Duque se reuniera con ellos para pedirle mayor seguridad en sus territorios.
El alto comisionado de Paz, Miguel Ceballos, señaló que tras las peticiones hay intereses que deberían definirse en las urnas. Duque, como se esperaba, no acudió al llamado a la Plaza de Bolívar, pero insistió en que para eso están 7 de sus ministros buscando el diálogo
Ayer, Duque también criticó la movilización. “Las aglomeraciones nos ponen en camino a un rebrote. Nadie puede argumentar que para ser escuchado en una democracia se requiere la promoción de una aglomeración”, dijo.
Paralelamente, se conoció que un juez administrativo admitió la acción popular interpuesta por tres congresistas del Centro Democrático contra la minga. El juez ordenó como medida cautelar que los indígenas implementen inmediatamente medidas de bioseguridad para continuar con sus jornadas.
El comisionado de Paz, por su parte, manifestó que si quieren ser escuchados, los líderes del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), que participan en la minga, deberán regresar a su departamento, pues él y una comisión darán inicio a “una serie de nueve visitas a los pueblos indígenas, como se acordó el pasado 5 de octubre, para avanzar en el Plan Social del Cauca”.