Desde 2018, la erosión causada por el río Magdalena en la vía que conduce del municipio de Salamina a El Piñón (Magdalena), le envió reiterados indicios a las autoridades de que estaban ante una crisis similar a la vivida 2010 con la ruptura del Canal del Dique.
Hoy la situación amenaza con no tener retorno. La erosión en el kilómetro 2,4 de la vía Salamina-El Piñón, en el sector conocido como “La Bonga o los Tamarindos”, se ha ido “comiendo” esta carretera, arteria vial de la Vía de la Prosperidad.
Además de incomunicar a estas poblaciones, la desaparición del terraplén podría causar, según Cormagdalena, inundaciones de entre 100.000 y 228.000 hectáreas, amenazando la vida de 16.322 familias en cuatro municipios: Salamina, El Piñón, Pivijay y Cerro San Antonio, afectando miles de hectáreas de cultivos y más de 200.000 cabezas de ganado, esto sin hablar la pérdida de flora y fauna, que según Cormagdalena tardaría dos décadas en recuperarse.
Un posible escenario que motivó a 29 congresistas del Atlántico a advertirle al presidente Iván Duque que no atender la emergencia como lo requiere podría producirse una tragedia peor que la ocurrida en 2010, con el rompimiento del Canal del Dique que dejó 100.000 damnificados, 35.000 hectáreas productivas arruinadas, 14 municipios de Bolívar bajo el agua y la mitad del departamento del Atlántico anegado.
¿Cuáles son las causas?
Según explica Carlos Uriel, secretario de planeación de Salamina, el daño del río se debe a que “el 90 por ciento del caudal toca la orilla a través de un remolino subterráneo”. Los islotes que se han ido creando, por efectos de la sedimentación, han impedido que el afluente del río tenga un curso normal, complementa.
La Universidad del Norte, la Red de Investigadores de Ecohidrología y Hicodráulica y Cormagdalena han evaluado causas más profundas en diferentes estudios realizados. Una de estas es que, al igual que en Salamina, otras vías en la Costa Atlántica están condenadas a sufrir contingencias similares pues se han construido alterando dinámicas de ríos y humedales que tarde o temprano buscan reconectarse.
El exgerente departamental de proyectos de infraestructura, Alejandro Manjarrés, explica que “en 2008 se realizaron los últimos diseños hidrológicos en toda la zona que hoy está en emergencia, pero en 2010, tras los grandes fenómenos de inundación hubo cambios drásticos que exigen nuevos estudios. “Solo un tramo, entre Palermo y Sitionuevo, tienen diseños definitivos constructivos”, dice.
Quiere decir que en el resto del sector, como el que hoy se encuentra bajo amenaza, no se tiene suficiente soporte que les indique dónde deberían construirse las vías.
Lo que sí está claro, dice, es que cualquier vía futura debe apartarse al menos un kilómetro del margen del río Magdalena y empezar a “adaptar las futuras vías al cambio climático y al comportamiento del Río”.
Por ahora, una de las tres medidas que aprobaron las autoridades para dar solución a la emergencia, es el traslado de la vía, con la construcción por parte de Invías de una variante de 150 metros de longitud que irá en línea recta, por lo cual necesitará comprar un predio que se encuentra al frente de la zona afectada, según precisó el gobernador Carlos Caicedo.
Por su parte, Cormagdalena emprenderá desde hoy el dragado controlado de la isla de sedimentos al frente del boquete en el sector La Bonga.
En la Unidad Nacional para Gestión de Riesgos, Ungrd, “nos encargaremos de las obras de estabilización, labor en la que se invertirán $3.700 millones”, dijo Guillermo Velandia, subdirector para la reducción de riesgo de la Ungrd, quien precisó además que con estas medidas le ofrecen soluciones inmediatas y a largo plazo a esta población que lleva años viviendo en zozobra.
Jaime Solano, alcalde encargado de Salamina, cuestionó que las autoridades tuvieran que estar ante el riesgo de una tragedia inminente para actuar, cuando la emergencia pudo solucionarse eficientemente y con menos gastos, de atenderse hace dos años.
El director de Cormagdalena, Pedro Jurado, reconoció que la respuesta de las autoridades locales y nacionales fue tardía. Pero que esperan con estas acciones ganarle al río.
Más que ganarle, el mensaje parece ser adaptarse a éste.
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tardará, según Invías, la construcción del nuevo tramo de 150 metros de longitud.