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Los reclusos de Colombia, dentro de su proceso de resocialización carcelaria, ahora aportarán al cambio climático y a la reducción de la contaminación ambiental del país, con lo cual también rebajarán sus penas.
Lo harán a través del programa Resocialización, Vida y Vegetación (Revive), el cual les permitirá a las personas privadas de la libertad reconstruir su proyecto de vida mediante la restauración ecológica y siembras sostenibles productivas.
El proyecto, considerado por el Gobierno Nacional como pionero a nivel internacional, funcionará con la construcción de sumideros de carbono. Inicia con la adecuación de viveros en los centros penitenciarios y carcelarios, donde se genera el material vegetal que posteriormente será utilizado en predios aptos para su restauración, en especial en zonas degradadas que se convertirán en corredores ecológicos.
Con ello se busca reducir la emisión de CO2 del aire, contrarrestar los efectos del cambio climático y aportar al aumento de corredores biológicos para proteger la fauna y la flora.
Según el ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz, en el país hay más de 120 mil reclusos, de los cuales 22,7 % reinciden luego de recobrar la libertad. “Actualmente tenemos una sobrepoblación carcelaria de 20 mil personas hacinadas en estaciones de Policía. O sea, invertimos más de 3.000 policías en cuidar los presos que ellos mismos capturan”, indicó el ministro Ruiz.
Por cada dos días que participen en la siembra recibirán un día de rebaja en las prisiones.
Revive va en concordancia con las acciones que adelanta el Gobierno Nacional para el cumplimiento de la meta de sembrar 180 millones de árboles en este cuatrienio, garantizando no solo restauración ecológica sino también la recuperación de los territorios.
Los encargados de la tarea de sembrar en las prisiones son los privados de la libertad, que también se encargarán de las labores fitosanitarias y de la plantación en un ejercicio de educación ambiental alrededor de la producción de material vegetal, establecimientos, mantenimiento, monitoreo y la cuantificación del carbono, generando así reducción de emisiones en el país.
Para ellos, además de aportarles a disminuir la reincidencia en la comisión de delitos y como parte de los programas de rebaja de penas social que operan en el país, será un aporte en la lucha que contra el cambio climático en un proyecto que reduce las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Colombia podrá, así, participar en el mercado de reducción de emisiones. La meta para el país en este sentido es reducir el 51 % de sus emisiones al año 2030.
“Este el primer programa a nivel mundial con este modelo y estoy seguro de que el piloto será replicado en otras regiones, va a ser exitoso porque hablamos de conservar y restaurar vida, aportar a la reforestación”, subrayó el ministro del Medio Ambiente, Carlos Eduardo Correa.
Señaló que al realizar la actividad de siembra y transplante de las especies, los reclusos, a su salida, tendrán un conocimiento para acceder a fuentes de empleo en temas ambientales y de conservación.
La instalación y creación de los corredores biológicos ayuda a preservar la fauna y la flora regional en vía de extinción, disminuye la erosión y contribuye a la regulación de los caudales hídricos de las cuencas cercanas.
El plan piloto del proyecto nació en el terreno donde se construirá el nuevo centro penitenciario ubicado en la vía que conduce al municipio de Tame, Arauca. Las personas privadas de la libertad tendrán el apoyo técnico y capacitación por parte de la Universidad Nacional y Corporinoquia para la realización del vivero y posterior siembra.
Para sacarlo adelante, la Gobernación de Arauca dispuso el terreno y la logística para el desarrollo de esta iniciativa en lo concerniente a la construcción de la cárcel y a la revisión de predios de restauración ecológica en las cuencas de las diferentes fuentes hídricas.
Allí se construirá el primer vivero y se realizará la primera siembra fuera del centro penitenciario. Se aspira a sembrar 190 hectáreas con nuevos árboles y especies de flora.
El ministro de Justicia recalcó que se eligió a Arauca como un lugar estratégico porque en la actualidad afronta problemáticas de criminalidad y porque las tierras se hallaron aptas para las siembras. “Muchos internos que salen no ven otra opción distinta a volver a delinquir. En la cárcel La Modelo hay más de 4 mil internos y construir otro penal como este puede costar hasta $650 mil millones”, advirtió el ministro.