En la noche de ayer, el presidente Gustavo Petro le pidió la renuncia protocolaria a todo su gabinete: “He solicitado renuncia protocolaria a ministras, ministros y directores de departamentos administrativos. Habrá algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo. El gobierno se concentrará completamente en el cumplimiento del programa”, dijo a través de la red social X.
El anuncio coincidió con la renuncia irrevocable de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez y horas antes, con la confirmación de la renuncia de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien le había dicho a EL COLOMBIANO que estaba “a la espera de una reunión con el presidente Petro”. Pues finalmente tomó la decisión y parece ser que el presidente Petro decidió reorganizar definitivamente su equipo tras el inédito Consejo de Ministros que expuso facturas y líos del Gobierno.
De igual manera, la recién posesionada canciller, Laura Sarabia, puso su carta de renuncia sobre la mesa, pero de forma protocolaria, con el propósito de que Petro “pueda tomar las decisiones que considere más adecuadas”.
Según las cuentas políticas que hay por ahora, con las renuncias de Ramírez, Muhamad, que parecen no tener vuelta atrás, el mandatario pierde a dos de sus funcionarias más destacadas. Ambas eran ministras desde agosto de 2022, al inicio del mandato, y en estos dos años y medio lograron avanzar en las apuestas del Ejecutivo en sus respectivas carteras. Ramírez es una líder de izquierda que militaba en el Partido Comunista y Muhamad venía de ser una funcionaria cercana de Petro cuando fue alcalde de Bogotá.
Petro, cada vez más solo
Las salidas materializan una fisura que parece irreconciliable en el corazón del petrismo. Ya son cuatro los funcionarios del primer anillo del presidente que dimiten tras el accidentado Consejo de Ministros.
Fue en ese inédito escenario –televisado y sin filtro alguno–, en el que el jefe de Estado hizo una defensa irrestricta de su ahora jefe de despacho: el controvertido exembajador Armando Benedetti, sin calcular que su proyecto político iba a implosionar y, con ello, comprometer las chances de darle continuidad al “Gobierno del Cambio” más allá de 2026.
“Le he presentado al presidente mi carta de renuncia y él ya la tiene sobre la mesa. (...) El presidente va a tener que recomponer el gabinete. Eso es lógico después de la situación que sucedió el martes (...) obviamente hay una decisión del señor presidente de mantener en el despacho al señor Armando Benedetti”, reconoció Muhamad en diálogo con periodistas del portal Los Danieles.
Esa, en especial, no es una renuncia cualquiera. Se trata de una de las funcionarias más incondicionales e irrestrictas al proyecto político del primer mandatario, al punto que este le encomendó su ambiciosa agenda de lucha contra el cambio climático –uno de los mantras nacionales e internacionales de Petro–.
La confianza era de tal calado que fue la ministra que llevó la batuta en el desarrollo de la más reciente COP 16 que se realizó en Cali y hoy por hoy, con miras a las elecciones de 2026, parecía ser una de las cartas fuertes para enarbolar las banderas petristas.
“Su renuncia sí era un hecho en las próximas semanas, pero no divorciada con el Gobierno, sino como una de nuestras cartas para 2026. Claro que su partida es un golpe en lo electoral, pero también en lo emocional”, reconoció un congresista del Pacto Histórico que accedió a hablar bajo el anonimato.
Las renuncias de Muhamad, Ramírez y Sarabia estuvieron precedidas por la salida de Jorge Rojas, director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), y del ministro de Cultura, Juan David Correa.
¿Qué vendría ahora?
A medida que pasan los días, podrían ser más los funcionarios que, aunque leales a Petro, no se tragarán el sapo de compartir con Benedetti y tener que acudir a él para hablar con el primer mandatario. La disyuntiva es evidente: ¿Petro cederá y le dará la espalda a Benedetti con tal de seguir con sus aliados y evitar la desbandada? ¿O arreciará y, sin importar el costo político ni personal, lo mantendrá en el gabinete?
“Las consecuencias del Consejo de Ministros son de muy diversa naturaleza y difícil de predecir, pero ciertamente esa fractura en el Gobierno también puede ser una fractura en las bases de la izquierda, del proyecto progresista y del Pacto Histórico en general. La tensión que hicieron visible la vicepresidenta (Francia) Márquez y la ministra Muhamad puede llevar, incluso, a que parte de la campaña al interior del Pacto sea en contra de los propios errores del presidente y del manejo y la conducción del Estado”, explica el profesor Sebastian Lippez De Castro de la U. Javeriana.
Una campaña petrista en contra del propio Petro no solo acentuaría la división en el Pacto, sino que podría generar una dispersión de liderazgos que termine desmoronando lo hecho durante los últimos años.
En la ecuación hay que tener en cuenta otro factor mucho más inmediato: el inicio de sesiones legislativas el próximo 16 de febrero. Sin duda, la coalición llegará fracturada y podrían aflorar más descontentos, a lo que se suma la eventual salida del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.
“El Gobierno tiene muy pocos márgenes de maniobra para pasar textos en el Congreso. Los congresistas ya están pensando en las elecciones. A estas alturas lo que no pasó no va a pasar y el Gobierno debería dedicarse a tratar de optimizar sus recursos”, señala a su turno el profesor y analista político Yann Basset.