Los presuntos contactos con dos peces gordos de la mafia, a los que al parecer les habrían pedido dinero para cobijarlos con beneficios jurídicos de la política de “paz total”, hacen parte de las teorías que maneja la Fiscalía en sus indagaciones sobre Juan Fernando Petro, el hermano del Presidente de la República.
Se trata de Juan José Valencia (“Falcon”), narcotraficante aliado del Clan del Golfo en Antioquia y la Costa Caribe; y José Leonardo Muñoz Martínez (“Douglas”), líder de “la Oficina” y “la Terraza”, que delinquen en el Valle de Aburrá y otras regiones del país.
Fuentes ligadas a los acercamientos de paz le contaron a EL COLOMBIANO que Juan F. Petro al parecer conoció a estos personajes a principios de 2022, cuando estaban recluidos en el pabellón de extraditables de la cárcel La Picota, en Bogotá. En ese entonces su hermano Gustavo estaba en campaña presidencial.
Las visitas de Juan Fernando al penal fueron justificadas en aquel momento por su militancia en la ONG Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, que suele brindar asesoría a privados de la libertad, pero en la etapa más crítica de la contienda electoral por la Casa de Nariño se filtraron informaciones que ponían en tela de juicio estas conversaciones.
Se decía, por ejemplo, que el hermano y otros delegados del candidato Petro estaban ofreciendo beneficios legales a los mafiosos, como vocerías de paz, traslados de cárceles y suspensión de pedidos de extradición. Todo esto a cambio de dinero y apoyo electoral.
El caso fue ampliamente conocido como “el Pacto de La Picota”, aunque la familia Petro y el Pacto Histórico negaron los señalamientos.
En lo que respecta a “Falcon” y “Douglas”, al parecer hubo dos reuniones por fuera de la cárcel. La primera fue el 1 de febrero de 2022 en un restaurante de El Poblado, con la presencia de delegados de los criminales y de Juan F. Petro.
La segunda habría sido el 7 de junio (12 días antes de la segunda vuelta presidencial) en un local de comida mexicana del municipio de Rionegro, en la que, presuntamente, asistió el propio Juan Fernando.
A esta cita clandestina los asistentes habrían llevado pelucas y gafas oscuras para pasar desapercibidos. No quedó registro fílmico, pues al parecer las cámaras de vigilancia del sitio fueron apagadas.
Fuentes cercanas al tema indicaron que, al parecer, “Falcon” entregó dinero a través de sus allegados, con el propósito de que frenaran su pedido de extradición a EE.UU.