En un pronunciamiento que mezcla política, religión, geopolítica, democracia y soberanía de datos, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió sobre una posible forma de censura global y pidió explicaciones públicas a la plataforma X.
El eje central del mensaje presidencial es una denuncia directa contra X, red que —según afirma— estaría limitando el alcance de su voz en el escenario global. El jefe de Estado aseguró que solo en esta plataforma ha registrado una pérdida abrupta y sostenida de seguidores, mientras que en todas las demás redes sociales su crecimiento se mantiene estable.
“El descenso supera los 300.000 seguidores y continúa”, afirmó. De acuerdo con la explicación recibida, la plataforma estaría realizando una “limpieza de bots”.
Aunque dijo valorar esa práctica si es real, cuestionó que no haya sido informada de manera pública y transparente.
El mandatario fue más allá y advirtió que esa eliminación masiva de perfiles también podría interpretarse como un acto de censura contra sus ideas, orientadas —según explicó— a la defensa de la democracia global, la lucha contra la opresión de los pueblos, el rechazo al genocidio en Palestina y Sudán, y la oposición a las invasiones de naciones.
En uno de los pasajes más contundentes, señaló que si X permite exclusiones por razones ideológicas, “la democracia en una red global habría terminado” y el mundo entraría en un escenario similar al de 1984, la novela de George Orwell, comparando ese eventual control del pensamiento con una forma moderna de propaganda al estilo de Joseph Goebbels.
De Lutero a la política actual: religión, poder y reformas sociales
El texto arranca con una reflexión histórica y religiosa en la que el presidente alude a Martin Luther, señalando que su reforma buscaba una transformación profunda del cristianismo, pero que muchas iglesias derivadas de ese proceso habrían olvidado su función social.
Según el mandatario, esas iglesias se habrían alineado hoy con los intereses del gran capital y no con los sectores oprimidos. Como ejemplo, citó su comportamiento durante los debates en el Congreso sobre las reformas laboral, pensional y de salud, donde —afirma— se opusieron a iniciativas en favor de los más vulnerables para proteger intereses económicos.
En contraste, sostuvo que la Iglesia Católica tendría hoy una visión más avanzada de los problemas de la humanidad, al reconocer como ejes centrales la situación de los oprimidos, las guerras y la crisis climática como amenaza de extinción.
Otro de los puntos clave del pronunciamiento es la regulación de la inteligencia artificial. El presidente criticó a sectores que, según él, no quieren que su gobierno impulse una ley para regular el futuro inmediato del trabajo y la sociedad en este campo.
Reivindicó además el principio de soberanía de datos, ya aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo, según el cual la información de los ciudadanos colombianos debe estar alojada en servidores de propiedad colombiana y ubicados dentro del país.
Desde su perspectiva, existen sectores en el Congreso —a los que denomina “herederos religiosos de Lutero”— que buscan permitir que corporaciones privadas de Estados Unidos se apropien de los datos y del “pensamiento colectivo” de la humanidad. “Ningún país, sea estadounidense, chino o europeo, puede apropiarse del intelecto general de la humanidad”, advirtió.
Trump, la lista OFAC y la denuncia de persecución internacional
El mandatario también recordó que comenzó a observar con mayor atención el comportamiento de la plataforma desde que fue incluido, de manera “arbitraria e injusta”, en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del gobierno de Estados Unidos.
Señaló que lo que deberían ser sanciones contra criminales se han extendido —según su visión— a la libre expresión. En ese contexto, mencionó el caso de Julian Assange, a quien calificó como un periodista libre encarcelado por revelar información.
Además, sostuvo que jueces de justicia internacional y defensores de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas han sido tratados como narcotraficantes por apoyar causas como la del pueblo palestino.
En uno de los señalamientos más graves, el jefe de Estado aseguró que el presidente Donald Trump lo ha acusado públicamente de ser un “narcojefe”, mientras —según él— busca indultar a un exmandatario que sí estuvo involucrado en narcotráfico.
El presidente afirmó que su perfil en X ha sido un espacio de defensa del derecho internacional como base para el diálogo entre civilizaciones, incluyendo a América Latina y el Caribe. Subrayó que, en apenas dos semanas, cientos de miles de seguidores desaparecieron de forma “extraña”, en bloques, en días específicos.
Recalcó que quienes lo siguen para apoyarlo, criticarlo o informarse no pueden ser excluidos por razones ideológicas o prejuiciosas por los dueños de la plataforma. De ocurrir, advirtió, se pondría fin a la democracia en las redes sociales a escala global.
Finalmente, cerró su mensaje con una exigencia directa: espera explicaciones públicas de X y expresó su deseo de no tener que abandonar la plataforma.
Por ahora, X no ha emitido una respuesta oficial frente a estas acusaciones.