La reacción de la custodia del Inpec al entrar al consultorio odontológico y verlo vacío, fue correr hacia la ventana y ver cómo Aída Merlano, la interna que debía cuidar, caminó hacia una moto en la que un hombre de chaqueta negra, casco oscuro y una maleta de un domiciliario, la esperaba para huir por las frías calles capitalinas.
“Alcanzó a pararse lesionada y montarse a la moto”, cuenta la guardiana, quien después de indagarle al odontólogo por Merlano, solo pudo ver cómo desde una pequeña ventana negra y abatible del Centro Médico La Sabana, en el Norte de Bogotá, pendía una cuerda de seguridad naranjada por la que descendió la ahora prófuga de la justicia, condenada a 15 años de cárcel por concierto para delinquir agravado, corrupción al sufragante, en calidad de coautora y tenencia ilegal de armas.
La guardiana observó la reata de seguridad y salvamento enrollada en el piso y amarrada a una pata de la mesa del consultorio en la que se observan unas gafas, un jabón y material odontológico.
Mientras tanto, abajo en la salida del edificio, el conductor del Inpec reportaba de manera afanada por radio: “Grupo, grupo 58, estén alertas que tenemos una fuga, se nos fugó Aida Merlano. Atentos en los puntos, atentos en los puntos, niñas por favor...”.
Una persona que instalaba una reja de seguridad frente al consultorio odontológico del que se fugó Merlano relató que la moto en la que la esperaban era de bajo cilindraje “y tomó la 119 y siguieron por la Novena. Ella estaba vestida con una camiseta blanca, un pantalón blanco, unos tenis blancos y un bolso negro”.
En videos revelados por el Inpec, se ve como Merlano cae bruscamente y varias de las personas que caminan por esa calle, se acercan a ella, al parecer, a preguntarle si está bien.
El Inpec informó de la fuga de la exsenadora Merlano a través de su cuenta de Twitter, y aseveró mediante un comunicado que con el apoyo de la Policía Nacional “y todos los equipos de seguridad, activó inmediatamente un plan candado para recapturar a la privada de la libertad”.
En la misma notificación, el Instituto Penitenciario reseñó que el personal médico que la atendió es cómplice de la fuga y se encuentra a disposición de la Sijín. Las autoridades ofrecieron 10 millones de pesos como recompensa por información que lleve a su recaptura.