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Todo comenzó con una idea que tuvo un médico de Santander y se convirtió, en cuestión de meses, en un proyecto iberoamericano. Corría marzo, el mes en el que la covid comenzó a avanzar en el país, y Carlos Arturo Cassiani se dio cuenta de que cada vez eran más frecuentes las noticias sobre personal de salud atacados solo por ejercer su oficio de salvar vidas en medio de la pandemia.
En ese momento había reseñas de esos sucesos en los medios, pero no un balance certero de qué estaba sucediendo con los casos de discriminación. Cassiani, profesor de la U. de Santander y presidente del Asociación Colombiana de Patología Dual, convocó a colegas de otras ciudades, como Medellín, para realizar un estudio que evaluara esas situaciones de segregación.
Ese fue el primer paso para comenzar una colaboración que saltó de Colombia a Iberoamérica llamada Red Internacional para la Reducción del Estigma (abreviada como Red Estigma) que también tiene incidencia en Argentina, Brasil, España y México. El primer análisis fue financiado por las la U. de Santander y la U. del Magdalena y en este trabajaron médicos y enfermeros dedicados a la academia.
Su pesquisa encontró que 75,5 % de las personas tienen miedo de perder la vida por el coronavirus. Un 43,2 % manifestó sentir ansiedad cuando ve noticias e historias sobre la enfermedad en medios o redes sociales.
Hubo un dato que encendió las alarmas sobre el trato de un sector de la población hacia quienes ejercen la Medicina: 9,7 % de los participantes señalaron que quienes trabajan en servicios de salud y están en contacto con enfermos de covid deberían ser aislados de la sociedad.
“Nuestros profesionales pueden ser blanco de estigmatización porque están en contacto con enfermedades infecciosas. No sucede solo con la pandemia, sino que también puede ocurrir con otros problemas como la tuberculosis o el VIH Sida”, explica. Ese concepto, ‘estigma’, es el que guía su misión porque, considera, cuando los trabajadores del sector son señalados pueden ser víctimas de discriminación.
Su análisis indicó que 18,5 % de las personas sienten temor de contagiarse por el personal de salud con el que se encuentran en el transporte público, en la calle o en su lugar de residencia.
También evaluaron qué tan informados están sobre la pandemia y el 22 % de los encuestados respondió que piensan que se puede prevenir la enfermedad haciendo gárgaras, comiendo ajo, usando un secador pelo o aplicando lavados nasales con solución salina.
Felipe Tirado es enfermero, PhD en Salud Pública y Profesor Titular de la Facultad de Enfermería de la UPB. Tirado fue docente del doctor Cassiani y también una de las primeras personas que él contactó para crear la Red Estigma. Relata que al conocer los resultados de la pesquisa consideraron que no era suficiente tener datos objetivos sobre el rechazo al personal de salud, sino era necesario intervenir esa problemática.
Por eso, marcaron tres líneas de acción. La primera es educación porque, dice Tirado, con la formación se pueden combatir los casos de discriminación que se dan en un contexto de “desconocimiento”. Al segundo punto lo llaman contacto y busca acercarse a sectores de la sociedad, como los medios, para divulgar cómo está la radiografía de los señalamientos a sus colegas en el país.
Por último, está la protesta, que logran mediante los organismos colegiados del sector que han publicado comunicados contra la discriminación al personal médico. Con esa trilogía, el objetivo de la Red es que los profesionales del sector dejen de ser estigmatizados por su oficio de salvar vidas.
Al preguntarle a Tirado sobre qué motiva esa discriminación, el enfermero responde que “hay prejuicios y miedos de la población sobre las enfermedades, también exclusión hacia personas con esa características. Y a todo eso se suma que hay información falsa circulando que juega con el temor de la gente”.
Pues bien, su lucha no se trata solo de mejorar las condiciones para sus colegas, sino que los próximos proyectos estarán enfocados en comunidades, pacientes con enfermedades como la esquizofrenia y en seguir educando a la ciudadanía para apostarle a una sociedad con menores índices de discriminación.
Hay un dato más que demuestra el papel de la formación. La Red encontró que el 10 % de las personas piensa que el uso de tapabocas, el aislamiento y cubrirse con el codo para estornudar son medidas que no sirven para prevenir el contagio. Así, la apuesta de Cassiani y Tirado está en darles herramientas a sus usuarios para que entiendan la importancia del cuidado. Como dicen ellos, “por la dignidad”.