La creación de una célula terrorista y su financiación se convirtió en una pesadilla para las disidencias del Estado Mayor Central de las Farc (EMC) en el departamento del Valle, pues ya desató un enfrentamiento interno que dejó, por lo menos, nueve muertos.
La matanza se ha conocido a lo largo de esta semana, en la medida que llegan cadáveres a la morgue del Distrito de Buenaventura. Aunque sus identidades no han sido reveladas, el coronel Ricardo Visbal, comandante de la Brigada N°2 de Infantería de Marina, señaló que al parecer son oriundos del vecino departamento del Cauca.
Fuentes de Inteligencia Militar le contaron a EL COLOMBIANO que la historia empezó cuando el frente Jaime Martínez del EMC decidió expandir su influencia territorial, la cual ya ejerce en los municipios caucanos de Buenos Aires, Suárez y Morales, así como en Jamundí (Valle).
El comandante Iván Jacob Idrobo Arredondo (“Marlon”) ordenó extender las operaciones hacia el corregimiento de Bajo Calima, en el distrito de Buenaventura, y conformó una comisión especial bajo el nombre de Wilson González.
Reforzó esa célula con gente del Cauca y construyeron un campamento en la profundidad de la selva, en aquella zona. El propósito era que se financiara del narcotráfico, la extorsión y minería ilegal.