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Las marchas que se convocaron contra el Gobierno de Gustavo Petro en otras ciudades diferentes a Medellín no fueron tan numerosas, pero el mensaje político fue el mismo y directo al jefe de la Casa de Nariño.
En Bogotá, por ejemplo, se concentraron en la Plaza de Bolívar –en pleno centro de la ciudad– y con arengas contra el Jefe de Estado y algunas de sus reformas, como la tributaria, estuvieron por unas tres horas protestaron.
En medio de la marcha se vieron líderes de la oposición como los senadores Paloma Valencia y Miguel Uribe, del Centro Democrático, y el excomandante del Ejército, general (r) Eduardo Zapateiro, quien ha venido tomando protagonismo político desde su salida de la tropa.
Durante su camino generaron congestión vehicular, por cuenta de la marcha pacífica que realizaron, pero ya en la Plaza de Bolívar se presentaron roces con defensores del Gobierno, por lo que al final tuvo que intervenir el Esmad para evitar que pasara a mayores.
En efecto, ya sobre el final del plantón opositor, varios transeúntes se acercaron hasta los protestantes y les comenzaron a gritar “vendidos”. Incluso, en medio de los insultos de lado y lado, se registró la quema de algunas pancartas que tenían mensajes contra el Jefe de Estado.
Por todo esto, los gestores de convivencia de la Alcaldía de Bogotá tuvieron que pararse en medio de los dos grupos, ya que esporádicamente se lanzaron objetos y se intentaron, incluso, golpear con palos.
Eso sí, el tema no pasó de las escaramuzas. Entre tanto, en otras ciudades también se registraron marchas muy similares, que no fueron muy numerosas, pero sí dejan el mensaje político.
Es el caso de Cali, donde los manifestantes se reunieron desde media mañana en el Parque de las Banderas y caminaron con destino a la Plazoleta Jairo Varela.
Los marchantes aprovecharon esta marcha contra el Gobierno para, de una vez, criticar con fuerza y con arengas al alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina, cuya administración está en medio de un duro escándalo por posibles irregularidades en la contratación pública de la capital del Valle.
Situaciones similares se registraron en otras capitales, como Bucaramanga y Barranquilla, donde los manifestantes lanzaron arengas contra las administraciones locales y pidieron la intervención de los organismos de control.
Ante este panorama, el propio presidente Petro se pronunció en sus redes sociales asegurando que respeta el derecho a la protesta, pero mostró una foto de la Plaza de Bolívar de Bogotá diciendo que no estaba llena como, según él, quisieron mostrar sus críticos.
Por su parte, el ministro del Interior, Alfonso Prada, dirigió desde Bogotá un puesto de mando unificado para verificar el avance de las protestas y resaltó que todo se presentó con normalidad.
“Respetamos el derecho de la gente a protestar. Tuvimos un dispositivo de seguridad con la Policía que estuvo garantizando los derechos de quienes marchen y quienes no”, aseguró el Ministro del Interior.
De hecho, aprovechó su declaración para recalcar que las marchas fueron citadas por la oposición –pese a que el Gobierno no lleva ni dos meses administrando la Casa de Nariño– y que prueba de ellos fueron los congresistas del Centro Democrático y otros partidos que se vieron durante parte de las manifestaciones.