Los campesinos que fueron masacrados por las disidencias de las Farc en Guaviare fueron fotografiados durante su cautiverio. Las imágenes reposaban en un celular que fue incautado a un ilegal capturado y fueron claves para hallar la fosa común donde estaban sepultados.
En la tarde de este 1 de julio se conoció que en zona rural de Calamar habían sido hallados los restos de 8 líderes sociales y religiosos que permanecieron desaparecidos por más de 80 días. Las víctimas nada tenían que ver con el conflicto, pero el círculo cercano de alias Iván Mordisco ordenó ejecutarlos por mera sospecha: creyeron que tenían relación con la guerrilla del ELN.
Las víctimas fueron identificadas como Jesús Valero, Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri Hernández, Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza Chacón. Todos estaban desaparecidos desde el pasado mes de abril.
Según la Fiscalía, los líderes sociales y religiosos llegaron a Calamar provenientes del departamento de Arauca. La mayoría de ellos empezó a organizar actividades comunitarias, agrícolas y religiosas: no pertenecían a ninguna organización política o armada. Pero eso incomodó a los ilegales.
El pasado 4 de abril las víctimas recibieron una videollamada en la que eran citados por el grupo armado ilegal. Querían interrogarlos. Prometieron que regresarían antes de las 3:00 de la tarde. Dos de ellos asistieron y fueron trasladados en lancha con rumbo desconocido. Dos días después, los otros seis miembros de la comunidad también fueron arrastrados por los armados.
El grupo de Iván Mordisco que opera en esa zona –el Frente Armando Ríos– no se pronunciaba sobre la retención, pese a los pedidos de la familia, la Defensoría del Pueblo y las autoridades municipales.
La investigación solo pudo avanzar cuando dieron con la captura de un señalado disidente y, al inspeccionar su celular, encontraron fotos de las ocho víctimas: algunas imágenes los mostraban con vida y otros ya ejecutados.
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Una de esas fotografías fue conocida por El Colombiano. En la imagen se ve a cinco de las víctimas (Maryuri Hernández, Jesús Valero, Jaime Caicedo, Óscar García y Nixon Peñalosa) sentados sobre una banca de madera mientras miraban fijamente a la cámara. Atrás había un plástico que hacía las veces de techo. Después de esa fotografía, a las víctimas las obligaron a cavar la fosa común donde fueron enterradas, según documentó la Fiscalía.
El Guaviare se convirtió en un epicentro de disputa entre los actores armados. Allá ya hay una lucha a sangre y fuego entre las facciones disidentes del Estado Mayor Central (Mordisco) y del Estado Mayor de Bloques y Frentes (alias Calarcá Córdoba).
“La gente no quiere hacer parte de este conflicto. El llamado vehemente al Gobierno Nacional es a que ponga sus ojos en el departamento del Guaviare y que se den cuenta de que lo que pasa en el departamento no está bien y no es normal, como dicen por allá. Es momento que apoyen el territorio con acciones concretas y apoyen a la gente que está sufriendo esta terrible guerra”, dijo el alcalde Cataño.
En el municipio se decretó el duelo hasta este 3 de julio. Ese jueves, a las 3:00 de la tarde, la comunidad está citada al parque principal para hacerle frente al miedo que pretenden sembrar los violentos y manifestar su rechazo a las incursiones bélicas en el territorio.
“Le pedimos a los grupos armados que respeten la vida de los campesinos. Nos sentimos solos y olvidados”, añadió el mandatario local.