El senador Paulino Riascos, con su movimiento ADA (Alianza Democrática Amplia), integró en 2022 la diversidad de partidos que dieron consistencia al Pacto Histórico. Sin embargo, hoy reclama que la esperanza e ilusión con que nació ese bloque de movimientos hoy está extinta.
La entrevista del senador Paulino Riascos
Tuvo un duro encontrón con la también senadora del Pacto Aída Avella y dijo sentir vergüenza de haber pertenecido al Pacto y dar votos para ayudar a elegir al Gobierno debido a los hechos de corrupción. ¿Cuándo se desencantó del petrismo? ¿cuándo dijo ‘este no es el cambio’?
Hay una frase de Benkos Biohó que dice ‘se siente necesidad del pasado cuando el presente hace daño’. Los antecedentes con el Pacto vienen desde que estábamos conformando la lista para el Congreso. Yo tenía partido, un millón de votos –que eso la gente no lo revisa y solo se pone a acusar–. Es que a mí me han tratado como han querido las bodegas del Pacto, pero aún teniendo partido solo nos dieron dos curules, mientras los partidos del Pacto tenían cuatro o cinco curules.
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Esas dos curules eran las de Roy Barreras y mi persona, y yo quedé en el renglón 19, mientras que había partidos con tres o cuatro puestos. También estaban grupos indígenas allí del afecto del presidente, que era quien orientaba la lista con sus amigos cercanos. Pero las comunidades negras no tuvimos acceso ahí.
Incluso, el hoy ministro de la Igualdad (Carlos Rosero) fue propuesto por la vicepresidenta Francia Márquez para que integrara esa lista, pero tampoco tuvo un cupo preferencial.
Es decir, se terminó imponiendo la rosca, la politiquería, el amiguismo...
Sí, y no estamos hablando de respeto por la diferencia y los grupos étnicos. Debo decir que este Gobierno salió más indigenista que todos. El presidente y sus amigos tienen una preferencia por los indígenas que no ha sido para los grupos negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros. Estoy seguro que si la vicepresidenta fuera indígena el trato sería diferente.
¿En qué momento usted comenzó a evidenciar esos favoritismos ya una vez elegido congresistas?
Cuando llegué al Congreso hice parte de la Comisión Cuarta. Ahí están Wilson Arias y Aída Avella, pero hubo un rencor milenario. Tienen un rencor milenario conmigo. Cada vez que pueden me atacan, me juzgan, me señalan y producen contenido perverso para vender una imagen de lo que realmente no es uno.
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Lo cierto es que ellos dos se compaginaron y decidieron que el presidente de la Comisión iba a ser Wilson Arias. Sin embargo, a mí nunca me tuvieron en cuenta. No me invitaron. Solo me dijeron ‘ya decidimos y es Wilson’. Les dije que me daba mucha pena, pero que no era así y me fui por los votos.
Llegué a ser presidente de esa Comisión, pero como no era de los afectos de Petro ni de la gente que era más cercana a él, comenzaron a señalarme, segregarme, apartarme y discriminarme por ser yo presidente. Pero si Petro se fija y el Pacto es consciente, cuando fui presidente todo le fluyó al Gobierno en lo económico. Pregúntese de ahí para acá cómo le ha ido. Si Petro me hubiera permitido ser presidente del Congreso tal vez le hubiera fluido alguna ley.
¿Usted alzó la mano y qué le dijeron cuando quiso ser presidente del Congreso?
En el Pacto hay gente buena, siempre lo he dicho. Pero la principal guerra política para oposición en este Gobierno se la ha hecho un sector del Pacto.
¿Quiénes?
Tengo la costumbre de no mencionarlos, porque no me quiero enfrentar a nadie y estoy viviendo una paz muy tranquila. Hay momentos en los que me toca defenderme, pero allí hay gente muy mala. Nacieron haciendo maldad y la han hecho toda su vida política. Otros que han llegado se unieron a un sector muy perverso y les han hecho mucho daño al Gobierno.
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¿Qué los hace malos? ¿Son sectarios? ¿Son corruptos?
Son malos, incitan a la maldad a cada rato. Están pendientes solamente del defecto de los demás o de cualquier cosa para incitar, señalar, hacer un video y eso le ha hecho mucho daño al proyecto político de Petro. La principal oposición se la ha generado esta gente que se la pasa irradiando veneno en el Congreso: son del Pacto y no son todos.
¿Usted ha tenido oportunidad de manifestarle al presidente todas estas falencias y dificultades?
Lo he hecho en los medios. Yo tenía la oportunidad de participar en asuntos del Gobierno cuando iba a reuniones de voceros de partidos en Palacio, pero me trataban como se les daba la gana. Es la primera vez que se lo digo tan claro a un medio.
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Le doy la primicia: me prometí que mientras Petro fuera presidente –después del trato que me dieron cuando estaba Carlos Ramón (González, exdirector del Dapre) o (Luis Fernando) Velasco, exministro del Interior– no iba a Palacio, no volví. No me dejaron ni hablar. Pedí la palabra para explicar algunas cosas y tampoco. Mientras Petro sea presidente no tengo nada qué hacer en Palacio.
Me discriminaron, me maltrataron ese día y no lo había dicho. Sin embargo, no tengo ningún rencor contra Petro, ni contra el proyecto político. Me sigo defendiendo y con dignidad sigo demostrando lo que soy. Lo digo sin rencores, pero con dignidad. Yo también puedo llegar a ese Palacio algún día. Podrá llegar una hermana o hermano mío que me trate diferente. Pero el trato que me dio ese grupo político la última vez fue indigno. Tragué amargo y dije que no volvía. No les deseo mal, sigo orando para que les vaya bien.
¿Cree que ese trato indigno proviene desde el propio presidente? ¿O es la gente que lo rodea?
La gente que lo rodea. La verdad solo cuando se tramitó la ley de financiamiento Petro se resintió e hizo un tuit con relación a mí. Él citó una frase de Emiliano Zapata que dice ‘el que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, y si lo aplastan, que no grite’. Le respondí que soy el águila que se ha liberado del yugo de ustedes, pero por no permitir ser gusano me han tratado como han querido. Pero jamás voy a ser el gusano que ellos quisieron hacer de mí, ni el esclavo que quisieron hacer de mí.
Soy un hombre digno, no soy perverso ni desleal. Soy un hombre que cuando me comprometo con mi palabra la cumplo porque así me enseñó mi padre. La ley de financiamiento la voté por mi convicción azarado del maltrato. He dicho y por eso estoy en independencia: seguiré apoyando el proyecto político en lo que considere pertinente, pero con independencia y dignidad. Pero allá hay gente que no es compatible conmigo y me mamé de eso. No nací para hacerle mal a mi país.
Denunció que el Pacto y el petrismo se repartieron el Gobierno y cada cual se apropió de una porción del Estado. ¿Cómo ha sido?
Creí que este iba a ser un Gobierno más decente en términos de cuidar con guantes de seda el proyecto de cambio que le prometimos a Colombia. Pero comenzaron a tirarle mano a ministerios e instituciones de diferentes maneras. Puede ser que Petro no tenga la culpa de todo esto, porque es difícil como presidente manejarlo todo. Debe confiar en alguien.
Él tiene que confiar en el ministro para que dirija la cartera x. Tiene que confiar en el jefe de la cartera del Ministerio de Agricultura para que dirija ese despacho en el país. Pero ya Petro no puede responder por una subregión. Por ejemplo, la Agencia de Desarrollo Rural en el Cauca o Restitución de Tierras. Eso ya es otra gente la que responde y fue ahí donde fueron permeando el proyecto político.
No digo que allá corrupción en esas entidades, porque no conozco, sino a manera de ejemplo. Mire la Dian: Petro puso un director, pero a ese funcionario le toca trabajar las subregiones y mire el problema en el que estamos medidos como país y como proyecto político. Gracias a Dios no tengo nada que ver con eso, pero no me alegra. Me duele.
A propósito de la Dian hubo polémica por el listado que divulgó el hoy ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, sobre congresistas que le pedían puestos y cuotas allí. Incluso salió mencionado Roy Barreras, de su partido. ¿Ese tipo de negociaciones se hablaban en el seno del petrismo?
Roy Barreras fue de mi partido. Frente a esos puestos nunca supe y nunca creí que fuera así. En el punto 7 de los acuerdos privados del Pacto se decía que la gobernabilidad se compartía entre todos los partidos. ADA es un partido que no le dieron nada, pero hoy doy gracias a Dios. Hoy ya no estoy dispuesto a recibir nada. Estoy rogando que esto pase rápido y estoy armando mi nuevo proyecto político para retomar el país.
No podemos permitir que estos cuatro años acaben con Colombia. Por ley les toca terminarlo y nadie va a convocar referendos o revocatorias. Pero debemos orar y buscar que estos cuatro años no acaben a Colombia. Debemos retomarlo.
¿A qué atribuye que en este, el “Gobierno del Cambio”, persista la corrupción e inclusive, esté llegando a nuevas dimensiones?
Yo hacía una lectura de la situación y no me atreví a pronunciarla, pero ¿usted escuchó una de las primeras entrevistas de un hermano de Petro y él dijo que aquí había mucho pobre? Acá cada uno al que le han dado la oportunidad va es por lo de él. Yo no lo llamaría pobreza, acá hay mucha ambición de mucha gente que llegó allí.
Es lamentable: con Petro hay que ser muy cercano para poder tener cabida en su círculo y su círculo fue el que llegó a las instituciones, aparte de algunos partidos que él respetó. Por ejemplo, su amistad con el expresidente (Juan Manuel) Santos, a quien le dio dos ministerios. A La U también le respetó dos ministerios y a los conservadores.
Es decir, ¿el poder corrompió al Pacto? ¿O ya venían así?
Esta es una situación que venía del pasado y que nosotros prometimos cambiarla. Pero resulta que entre nuevos y algunos viejos se dio un continuismo de la situación.
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Y usted lo atribuye a que Petro le dio cabida en su Gobierno a la política tradicional...
Es conexo. Hay viejos y hay nuevos, eso dicen las investigaciones. Hay instituciones netamente manejadas por la gente de la izquierda, pero también están permeadas por la corrupción. Entonces no lo atribuiría netamente a la conexidad. Pero es lamentable que lo nuevo, los que prometieron cambio, están haciendo lo mismo. Eso sí duele, porque era allí donde estaba la esperanza. Se hablaba de un proyecto de 20 años y no pudimos ni con cuatro años.
Usted es del Cauca. ¿Comparte lo dicho por la vicepresidenta, quien decía que en la región su gente le decía “que estaba mejor antes” de que ella llegara al Gobierno?
A mí también me lo dicen, sino que si lo dice la vicepresidenta no suena igual que lo diga yo. No he podido volver a mi pueblo, a López de Micay, porque no hay garantías en el territorio. Soy un senador y no he podido volver a López de Micay, ni a Guapí. No he podido abrazar a mi gente como senador.
Solo fui a la cabecera de López de Micay el 25 de enero de 2024, hace un año, cuando Petro fue. Yo pude ir con la Fuerza Pública, pero me dolió porque la doctrina de este Gobierno es destructiva. Yo siendo el único senador del Cauca en ese momento no pude saludar a mi pueblo porque Petro maneja una doctrina: que él era el único que podía hablar.
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Mi gente decía ‘¿a qué hora va a hablar Paulino?’. Fui como un cualquiera al polideportivo del pueblo donde nací. Siendo senador no me pude dirigir a mi pueblo, cosa que también me duele en el alma.
En Cauca persiste una crisis de orden público y de seguridad. ¿Falló la política de paz total en esa región?
El Gobierno fue permisivo con las condiciones que debió poner de forma clara para empezar a negociar con los grupos al margen de la ley. Ahí estuvo el error. Yo he apoyado a Petro, lo he respaldo en iniciativas de paz. Pero siempre dije que estaba siendo permisivo. El fúsil debió estar depuesto, era la primera condición. Si hay un conflicto entre dos personas y están armadas, quien va a llegar a mediar lo primero que debe decir es ‘bajen las armas’. Allí hubo un error y fue la puerta de entrada al fortalecimiento de los grupos al margen de la ley.
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Hoy tenemos un problema muy serio. Aquí va a rodar mucha sangre con un próximo gobierno que decida retomar el orden público. Esos muchachos que están en la guerrilla son campesinos y por necesidad, por una u otra situación, están allá y consiguen un refugio para resolver alguna situación. Y el soldado también. Aquí los ‘pelaos’ se van al Ejército por falta de oportunidades y son carne de cañón.
Me duele cuando dicen ‘cayeron 10 guerrilleros’. Me pregunto, ¿cuántos muchachos y de qué familias serán? Pero cuando acaban con la vida de un policía o un soldado también me duele. Son muchachos como nosotros. Yo tuve la dicha de llegar a ser congresista, pero otro solo soldado y todo eso duele.
De cara a 2026 va a buscar la reelección en el Senado y ADA está haciendo una coalición con Colombia Justa Libres o Liga de Gobernantes Anticorrupción, considerados sectores políticos de centroderecha. ¿Qué les responde a quienes dicen que esos acercamientos lo hacen un ‘Manguito’, ‘se volteó’ y ahora está con la derecha?
Me rio mucho porque si hay una cosa que es perversa en este país es que cualquiera te señala. Las redes sociales tienen cosas muy buenas, pero hay gente que irradia perversidad y maldad. Tengo mi conciencia limpia para volver a aspirar. No he podido hablarle a mi pueblo del Pacífico. Pude tener una vida muy cómoda en el Pacto, como la tienen muchos que señalan y son los que más gritan, y se las dan de perfectos.
Pero ellos tienen las instituciones de sus regiones y se las roban con amigos de ellos. Yo no le he robado nada a este país. Y le doy gracias a Dios que no le dieron nada al partido, porque yo no estoy pidiendo nada para mí. El acuerdo de gobernabilidad era para ADA. Ya decidíamos qué hoja de vida proponer, pero no era para Paulino.
Tengo mi conciencia limpia para aspirar y volver a poner mi nombre, aunque le estén vendiendo al pueblo que soy un ‘Manguito’ y un vendido. No, yo me retiré con dignidad y me retiré dejándoles la mesa servida. No les recibí ni un desayuno.
Pude haber tenido una vida muy cómoda en el Pacto y haber resultado en los escándalos. Hay gente cuyos nombres aparecen en todos los escándalos. Yo pude haber estado allí: era solo aplaudir a Petro. Me pude haber quedado limpiando Ferragamos y decir que todo está bien. Mi pueblo estaría jodido, pero yo estaría bien. Decidí confrontar esta situación porque mi problema no era mi bienestar. Yo me estoy preparando para ser presidente de este país, ser ministro, ser director de una institución y crear empresa. Eso lo resuelvo yo.
¿Por qué se acercó a estos sectores de centroderecha?
Es porque son gente que se parecen a mí en el actuar político. Por ejemplo, la posición de Rodolfo (Hernández). Él tuvo una votación de opinión que nadie esperaba. Dejó una institución constituida y quiero apostarle a eso, a recuperar el país. He dicho que esa coalición podrá dirigir el proyecto político que Colombia necesita. No vamos para la derecha ni para la izquierda: estamos construyendo un proyecto decente para convocar a muchos sectores. Tenemos más de 12 movimientos significativos de ciudadanos. Hay unos partidos que no se han decidido. Vamos por el centro y la decencia.
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¿Les suena algún candidato de los que están sonando?
Tenemos tres líneas: cámaras regionales abiertas, lista al Senado abierta y vamos a una consulta. Los partidos y movimientos significativos vamos a buscar precandidaturas presidenciales. Es decir, será un grupo grande de personas el que va a sumarse allí. Lo que hemos definido es que quien quede de primero será nuestro candidato presidencial y el segundo su fórmula vicepresidencial. Vamos a sacar nuestra propia candidatura presidencial.