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“Atendíamos llamado de la comunidad”: Ejército aclara a qué llegaron soldados durante la recaptura del narco “Pichi”

Al parecer se trató de una falta de comunicación entre los policías y los militares, que por suerte no terminó en una tragedia.

  • El Ejército confirmó que los soldados que llegaron al momento del operativo contra “Pichi” estaban verificando un llamado de la comunidad. FOTO: Cortesía
    El Ejército confirmó que los soldados que llegaron al momento del operativo contra “Pichi” estaban verificando un llamado de la comunidad. FOTO: Cortesía
  • Coronel Jorge Niño Saavedra, comandante del batallón Pedro Nel Ospina, adscrito a la Cuarta Brigada del Ejército (de dedos juntos). FOTO: Cortesía
    Coronel Jorge Niño Saavedra, comandante del batallón Pedro Nel Ospina, adscrito a la Cuarta Brigada del Ejército (de dedos juntos). FOTO: Cortesía
21 de enero de 2025
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Las patrullas del Ejército que llegaron de sorpresa durante la recaptura del narcotraficante alias “Pichi”, en el municipio antioqueño de Copacabana, no pretendían entorpecer el operativo policial, sino atender un llamado de la comunidad, que las alertó sobre un presunto secuestro.

Así lo aclaró la Institución castrense, respecto a un caso que generó una polémica confusión entre dos agencias de la Fuerza Pública y que, por fortuna, no terminó en un tiroteo entre uniformados.

En diálogo con EL COLOMBIANO, el coronel Jorge Niño Saavedra, comandante del batallón Pedro Nel Ospina, adscrito a la Cuarta Brigada, explicó lo sucedido en la madrugada del 9 de diciembre de 2024, el día en el que fue detenido el prófugo Óscar Camargo Ríos (“Pichi”), un jefe criminal de Santander.

“A las 4:15 de la madrugada le llegó un mensaje de Whatsapp a nuestro jefe de la patrulla motorizada, de parte de un habitante de la vereda El Noral, de Copacabana, donde nosotros tenemos jurisdicción y un programa que llamamos ‘Plan de Buen Vecino’, en el que la comunidad nos reporta actividades sospechosas”, expresó el oficial.

El ciudadano comentó que había visto varios vehículos extraños rondando el área, y le pidió a los militares que fueran para evitar un posible secuestro.

La misión fue autorizada por el coronel Niño y seis soldados en tres motocicletas partieron hacia la zona, a atender ese llamado.

Como evidencia, el oficial mostró dicho mensaje de Whatsapp, y también ofreció el testimonio de uno de los soldados que acudió a ese llamado.

Según su explicación, en ese momento los soldados desconocían que se trataba de una operación encubierta de la Policía para recapturar a “Pichi”, quien estaba escondido en una de las fincas de recreo de El Noral, después de haberse fugado de la detención domiciliaria de un apartamento de Medellín, el 10 de octubre anterior.

Tal cual informó este diario, en el allanamiento participaron agentes de la Sijín, la Dijín y el Grate. Arrestaron al delincuente y a dos escoltas, y les incautaron tres armas de fuego.

Cuando se aprestaban a salir en la caravana de vehículos, se extrañaron al ver a unos soldados que nadie llamó como apoyo, por lo que les pareció sospechosa la presencia y temieron un intento de rescate del cabecilla, según le expresaron algunos de los participantes a EL COLOMBIANO.

El punto de vista de los militares fue distinto. “Cuando llegaron nuestras patrullas, encontraron a unas personas vestidas de civil, en dos automóviles Renault Logan y una camioneta tipo van que decía ‘ruta escolar’. Les dijimos que se identificaran, pero estaban de afán, dijeron que eran de la Policía, sin más datos, se subieron a los carros y arrancaron”, recordó el coronel.

El trayecto fue tensionante. De un lado estaban los policías, creyendo que estaban tratando de arrebatarles al detenido; y del otro, los soldados, intentando verificar que no fuera un secuestro, como reportó el ciudadano que los llamó.

“Les pedí a mis soldados que siguieran la caravana, hasta verificar que efectivamente se trataba de policías en una actividad legal”, narró Niño.

Las motos del Ejército siguieron los vehículos por la autopista Bello - Hatillo, y cuando pasaron por el batallón Pedro Nel Ospina se hicieron adelante para tratar de que frenaran y verificar qué estaba pasando.

Ese fue un momento crítico. “En ningún momento les apuntamos con los fusiles ni les pedimos que nos entregaran al capturado, porque ni siquiera sabíamos a quién llevaban”, acotó.

Los policías aceleraron y por poco hay un accidente de tránsito. La situación pudo haber sido mortal si alguno de los dos bandos disparaba.

Mientras eso pasaba, los militares llamaron a las estaciones de Policía de Bello y Copacabana, indagando si estaban ejecutando algún operativo en la zona, pero estas unidades no sabían.

Coronel Jorge Niño Saavedra, comandante del batallón Pedro Nel Ospina, adscrito a la Cuarta Brigada del Ejército (de dedos juntos). FOTO: Cortesía
Coronel Jorge Niño Saavedra, comandante del batallón Pedro Nel Ospina, adscrito a la Cuarta Brigada del Ejército (de dedos juntos). FOTO: Cortesía

Los soldados siguieron la caravana de vehículos hasta el Comando de la Policía Antioquia, donde estos ingresaron. Aunque a los militares no se les permitió la entrada, por lo menos se confirmó que aquellos sí eran policías.

“Luego envié a uno de mis suboficiales de Inteligencia para que averiguara qué había pasado, pero tampoco lo dejaron entrar al comando. Al tiempo nos dijeron de la estación de Policía que efectivamente había unas unidades de inteligencia haciendo un operativo. Entonces ahí quedamos más tranquilos. Al otro día vi la noticia en la prensa y supe de qué se trataba”, comentó el comandante.

Hecha la aclaración, el coronel recalcó que sus hombres estaban cumpliendo con su deber de atender los llamados de la comunidad, y recordó un antecedente conocido: “A nosotros nos tocó ese caso de los disidentes de las Farc que iban con armas ilegales y un menor de edad en los carros de la UNP, si no hubiera sido porque insistimos en detener la caravana y verificar la situación, hubieran seguido derecho con esas armas”.

Se refiere al incidente acaecido el pasado 23 de julio en una vía del corregimiento de Porce, en el municipio antioqueño de Santo Domingo. En un puesto de control militar fue detenida una caravana de siete camionetas adscritas la Unidad Nacional de Protección (UNP), que transportaban a integrantes del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc que estaban en proceso de negociación con el Gobierno.

En total iban 13 disidentes, incluyendo al adolescente reclutado, quien fue dejado a disposición del Bienestar Familiar. De ese grupo, siete quedaron detenidos inicialmente porque tenían órdenes de captura vigentes o porque estaban cometiendo delitos en flagrancia, como el porte ilegal de armas y municiones y el transporte de oro y gruesas sumas de dinero sin soporte legal. Entre los apresados estuvo Édgar Orrego Arango (“Firu”), jefe de la disidencia del frente 36 de las Farc.

“Nuestros soldados actuaron profesionalmente, por eso esta situación de Copacabana no pasó a mayores. Queda la lección de que debemos mejorar la comunicación entre las fuerzas”, declaró el coronel.

También le puede interesar: Los cuestionamientos a la Dirección de la Fiscalía en el caso de caravana de UNP con disidentes de las Farc

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