Casi dos meses después de que el Invías adjudicara el 12 % que hace falta para concluir el túnel de la Línea, las veedurías ciudadanas de Tolima y Quindío, cuestionaron, nuevamente, los problemas que subsisten en materia ambiental y en el presupuesto asignado para la obra. Es de anotar que, antes de que se adjudicara el contrato, también habían manifestado su preocupación.
La apreciación fue hecha en desarrollo de la mesa técnica de trabajo que adelantada la Contraloría General en Ibagué.
El Ingeniero Uriel Orjuela, vocero de la veeduría ciudadana del Quindío, entregó al ente de control un documento en donde expresa sus inquietudes. Por ejemplo, con relación al plazo contractual y dadas las condiciones que presentan las obras a la fecha, en los tres módulos (túnel principal y calzadas del Quindío y Tolima), consideró que los 12 meses no serán suficientes para la ejecución de lo que resta del proyecto debido al deterioro que muestra, ya que estuvo abandonado desde el 30 de septiembre de 2016.
El arquitecto Julio Enríquez, coordinador de la veeduría ciudadana del Tolima, cuestionó, según el informe de la Contraloría, el hecho que las escorrentías de aguas lluvias (residuos) de la parte alta de la cordillera en el Tolima estuviera vertiéndose y expresó su intranquilidad por el material y los “cementerios” de maquinaria que existen actualmente en Cajamarca en la vía al corregimiento de Anaime. Al respecto aclaró que estos temas no están resueltos en su totalidad y generan problemas graves para el medio ambiente .