Con el tiempo en contra y la candidata favorita pendiendo de un hilo, la Corte Suprema de Justicia se dispone otra vez a elegir a la próxima fiscal general de la Nación.
Este jueves 7 de marzo, el alto tribunal se reunirá por cuarta vez a estudiar los perfiles de las tres candidatas presentadas por el presidente Gustavo Petro para intentar reunir la mayoría a favor de una de las ternadas: Amelia Pérez, Luz Adriana Camargo y Ángela María Buitrago.
Pero el camino no será sencillo y es posible que la sesión termine una vez más sin el nombre de la nueva jefa del ente acusador, como ya ocurrió en las tres ocasiones anteriores.
La razón es sencilla: la candidata Amelia Pérez, quien había sido hasta ahora la favorita para quedarse con ese lugar, tuvo un gran escándalo por cuenta de su esposo, el también jurista Gregorio Oviedo.
Estando a un paso de obtener uno de los puestos más poderosos del país, a Pérez le estalló un escándalo por las posiciones de su pareja, quien se ha mostrado en múltiples ocasiones en contra de la Corte Suprema y la Fiscalía General de la Nación.
Y no solo eso, sino que Oviedo también dejó ver en sus redes sociales que es un hombre cercano ideológicamente al presidente Petro y que ha tenido opiniones muy polémicas sobre la Fiscalía y su actuación con el caso del hijo del presidente, Nicolás Petro.
“La captura de Nicolás Petro significa que la Fiscalía General de la Nación y quién la dirige (en ese entonces el fiscal Francisco Barbosa), deliberadamente desconoce principios sagrados de la administración de justicia, como la imparcialidad e igualdad”, dijo Oviedo en X en julio de 2023.
Por lo que algunos se preguntan, ¿cómo es que la fiscal general de la nación puede ser una persona cuya pareja tiene expresiones tan cantadas por uno de los casos más importantes que ella tendrá que manejar?
Aunque el debate tampoco está inclinado del todo. Hay quienes defienden a Pérez en su autonomía y dicen que las críticas tienden a ser machistas y a desconocer que ella es una mujer autónoma que toma decisiones más allá de lo que piense su esposo en la casa.
Esa decisión, entonces, quedará en manos de la Corte Suprema otra vez. Serán los magistrados los que decidirán si esa es una razón de peso para descartarla o si, por el contrario, la siguen prefiriendo por encima de las otras dos ternadas.
Las otras tres votaciones
Como es bien sabido, para que el Alto Tribunal elija a la próxima fiscal general se necesita un mínimo de 16 votos. Sin esa cantidad, la ronda de votación inicia de nuevo con un máximo de tres rondas por sesión, a veces incluso hacen menos.
Pero si en esas oportunidades no se obtiene la mayoría necesaria, se vuelve a aplazar hasta una próxima sesión que suele ser con muchos días de diferencia. Así ocurrió las tres ocasiones que la Corte lo intentó.
La ventaja de la última votación, que se dio el pasado 22 de febrero, fue que Amelia Pérez había alcanzado 13 votos, el máximo número registrado hasta ahora.
De hecho, el presidente de la Corte, Gerson Chaverra, lo dijo cuando terminó la sesión del pasado 22 de febrero: “ninguna de las candidatas alcanzó la mayoría necesaria para ser declarada como la nueva Fiscal General de la Nación. Sin embargo, hubo un avance bastante importante en el marco de las votaciones; se diluyó de manera significativa el voto en blanco y una de las aspirantes pudo obtener un número importante de votos”, dijo.
Lo malo es que justo esa aspirante es la que está en el ojo del huracán.
El tenso ambiente político
Lo cierto es que la Corte se ha tardado mucho para elegir al nuevo fiscal y ya tiene en su contra no solo un ambiente político tenso y un presidente enojado pidiendo celeridad, sino que ya recibió sugerencias de la Organización de Estados Americanos, OEA, la Organización para las Naciones Unidas, ONU, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, de que agilice esa tarea y elija cuando antes la fiscal.
De hecho, esa misma hostilidad que ha rodeado la elección y que, en buena parte fue generada por el presidente Gustavo Petro, provocó el caos del pasado 8 de febrero en que varios manifestantes bloquearon la puerta del Palacio de Justicia para presionar a la Corte.
Esa vez, que fue la segunda sesión de votaciones, el alto tribunal no cedió y terminó cuando antes sin decisión alguna.
Mientras todo eso ha pasado, al frente de la Fiscalía ha estado la exvicefiscal Martha Mancera, una persona de la entera confianza de Barbosa que recientemente ha sido señalada de supuestos vínculos y favorecimientos a narcotraficantes.
El enojo de Petro, por su puesto, es que entre más se demore la Corte para decidir más tendrá una Fiscalía con la que ha peleado desde el principio arriesgando incluso la separación de poderes.
Con todo eso, está en manos de la Corte Suprema decidir el futuro de la Fiscalía y del ambiente político de la Nación.