El Centro Democrático criticó el llamado al diálogo por “contradicciones y paradojas”. Reclamó un “diálogo de oídos sordos sin ningún resultado”.
En respuesta al acuerdo nacional que lanzó el Gobierno de Gustavo Petro, este martes, desde la oposición, el Centro Democrático insistió en tomar distancia, advirtiendo que no es que la colectividad no quiera hablar con el Ejecutivo, sino que las “contradicciones y paradojas” del Gobierno “imposibilitan un verdadero acuerdo con la ciudadanía”.
Recién el pasado viernes, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, lanzó las bases del acuerdo, con miras a convocar a las fuerzas políticas, a autoridades regionales, a organizaciones de toda índole, a los empresarios, a la iglesia y a la sociedad civil, a participar en un diálogo político y social.
Sin embargo, el Centro Democrático reclamó que aunque el Gobierno habla de seguridad y erradicación de la violencia en el ejercicio de la política, “son los mayores responsables del deterioro de la inseguridad en el país al pactar con los criminales. Permanentemente utilizan la estigmatización, el agravio personal y la infamia para atacar a los opositores”.
Por otro lado, la colectividad criticó que, si bien el Gobierno habla de respeto a las reglas electorales y al calendario electoral, “son los primeros en dejar un tufillo de un posible rompimiento institucional en el futuro próximo”.
Además, pese al propósito de la transformación territorial de los municipios más afectados por el conflicto, advirtió que el Ejecutivo olvida a los más de 900 municipios que hoy necesitan ayuda estatal.
“Hablan de crecimiento económico con equidad y transformación de la economía, pero lideran reformas que acaban con la empresa privada mientras estatizan la economía y promueven el odio de clases”, aseguró el Centro Democrático.
Finalmente, el partido sostuvo que aunque el Gobierno habla de compromiso con “la deliberación argumentada y el trámite en el Congreso” de las reformas, busca imponerlas “a la fuerza” utilizando mermelada o incluso adoptándolas por la puerta de atrás, “como sucede con la reforma a la salud que está destruyendo un sistema que no era perfecto, pero que funcionaba”.
La colectividad destacó que el expresidente Álvaro Uribe, su máxima figura y representante, se ha reunido directamente con el presidente Petro en cuatro oportunidades para exponer sus inquietudes y propuestas frente a temas neurálgicos como las reformas. No obstante, reclamaron que “los encuentros han sido un diálogo de oídos sordos sin ningún resultado”.
Por todo ello, le respondieron al ministro Cristo que el acuerdo nacional que se propone “no es con la vieja política” y solo para pasar las reformas sociales, sino que arranca “por reconocer los errores cometidos y corregir el rumbo”.
Según Cristo, esa conversación nacional debe darse en el marco de la Constitución Política de 1991, en un ambiente seguro y de respeto para la deliberación. “Se trata de un proceso incluyente y participativo que buscará una metodología de construcción de consensos y acuerdos y que convocará a las diferentes instancias de diálogo institucional y sectores sociales representativos”, agregó.
En primer lugar, una de las bases del acuerdo será desescalar el lenguaje en el debate y la deliberación política, buscando erradicar la estigmatización y respetar la diferencia y el disenso en todos los escenarios. Por ello, se proponen medidas para promover una mejor respuesta del Estado a la protección de la vida de los líderes políticos y sociales y de las personas firmantes de paz.
Por otro lado, con el mentado acuerdo nacional el Ejecutivo espera garantizar la estabilidad de las reglas de juego democráticas en el corto, mediano y largo plazo en los niveles nacional, regional y local. Es decir, se le cierra la puerta a la reelección o alteración de los periodos de los mandatarios de la rama ejecutiva de elección popular.
Fiel a su agenda relacionada con el cumplimiento del Acuerdo de Paz suscrito con la extinta guerrilla de las Farc, Cristo propuso “dar un impulso vigoroso” a la transformación de las 16 regiones donde se ejecutan los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Además, advirtiendo que el actual panorama económico abarca una alta desigualdad y persiste el desempleo, el Gobierno propone avanzar hacia “una economía productiva, incluyente y equitativa” que proteja y conserve la naturaleza y cuya competitividad esté basada en la educación, el talento, la tecnología y la conectividad, la transición energética, la estabilidad macroeconómica y el fortalecimiento del Estado Social de Derecho.
Al persistir en sus reformas sociales, el Ejecutivo calificó como “esencial” reconocer la necesidad de avanzar “con apremio” en ellas con miras a mejorar el bienestar de los colombianos y las condiciones para consolidar la paz.
