Alfredo Saade solo duró dos meses como jefe de gabinete de Presidencia. Después de una larga lista de polémicas mientras estuvo en el cargo, la hoja de vida del funcionario fue publicada anunciando que ahora será embajador de Colombia en Brasil.
La decisión fue tomada por el jefe de Estado, Gustavo Petro, en la mañana del viernes. El origen del cambio sería, al parecer, que el presidente estaba incómodo y cansado con las constantes salidas en falso que cometió Saade en tan poco tiempo y que generaron tensiones tanto dentro como fuera del gabinete.
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El propio Saade se pronunció respecto al cambio. “Me ha pedido que sea su embajador en Brasil, con instrucciones precisas para seguir construyendo relaciones de éxito con sur América. Fue un placer estar a su lado estos dos meses cumpliendo las tareas asignadas, las cuales realicé con éxito rotundo. Sé que este nuevo reto también lo llevaré a buen puerto. Esto apenas comienza”, dijo en su cuenta de X.
El funcionario llegará al país suramericano para reemplazar a Guillermo Rivera, quien renunció el 31 de julio por aspiraciones electorales.
Saade se retira entre caos y tensiones, pero no es de extrañarse, puesto que su llegada estuvo marcada por lo mismo. Duró poco, pero desde el primer minuto que estuvo en el oficialismo, el funcionario ya cargaba con el peso de sus palabras.
Durante la Copa América de 2024, varios videos de la hinchada colombiana en Estados Unidos circulaban por redes sociales. En uno de ellos, un grupo de personas gritaba “fuera Petro”. En respuesta, Saade compartió una fotografía en donde, supuestamente, se mostraba a una pareja sosteniendo una bandera de Colombia que decía “fuerza Petro”, lo que lo llevó a celebrar “el apoyo con el que cuenta el presidente”. Todo era un montaje.
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Y esa era su polémica menos seria. Cuando se posesionó como jefe de gabinete, varios recordaron el ritual que efectuó para acabar, según él, con la pandemia del coronavirus: cortó una pelota de plástico.
“Es un acto profético el que estamos haciendo. Esta bola se parece al coronavirus, estaba llena de estas coronitas. Siguiendo las directrices del Espíritu Santo, me ordenó quitarle las coronitas y declarar en el nombre de Jesús que te secas, coronavirus. Ahora mismo te secas. Se frena la expansión en todo el mundo, en Colombia”, manifestó Saade en un video.
A pesar de eso, el futuro de Saade en la Presidencia parecía no tambalear. Desde el primer día, aseguró que el presidente Petro le tenía mucha confianza, y que estaba profundamente agradecido por ello. Y es que, para ese momento, el funcionario era muy cercano al jefe de Estado.
La cercanía se cimentó durante las elecciones. En el periodo electoral de 2022, Saade salió a las calles asegurando que era un pastor cristiano, y que desde la Iglesia apoyaban al candidato del Pacto Histórico.
Aquellas afirmaciones también resultaron ser un boomerang para el saliente jefe de gabinete, puesto que en 2024 se hizo pública una carta de la Asociación de Ministerios del Evangelio (ADME), con personería jurídica del Ministerio del Interior, en la que señalaban que Saade no tenía ningún reconocimiento como pastor en ningún municipio del país.
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“La Asociación Internacional de Ministros del Evangelio en ningún momento reconoce al señor Saade como pastor, en atención a que revisando nuestros archivos de los últimos 15 años en ningún momento ha solicitado su registro o membresía de nuestra asociación. Por lo tanto, el referido señor en ningún momento puede abrogarse nuestra representación”, afirmó la ADME.
Nada de eso importó: Saade firmó sin problemas su llegada a uno de los más altos cargos del Estado. Entonces, ¿qué se rompió en su relación con el presidente Petro?
Las polémicas de Alfredo Saade
Desde el primer día en el que llegó al Gobierno, Saade empezó a hablar de la reelección. Lo hizo por medio de X, donde publicó constantemente acerca de la importancia de seguir con el proyecto del oficialismo, e instaba al presidente Petro a extender su mandato. Este último, desde aquel primer momento, optó por quedarse en silencio.
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Algunos interpretaron aquel vacío como aceptación. Aquello solo empeoró las cosas. Y es que, lo que comenzó con trinos sobre reelecciones y extensiones de mandato; terminó en denuncias sobre maltrato en las oficinas de Presidencia y comentarios insensibles sobre el asesinato de Miguel Uribe Turbay.
No había pasado ni un mes desde que le dispararon al precandidato del Centro Democrático cuando Saade ya aseguraba que lo habían visto caminar por los pasillos de la clínica. Una información completamente falsa por la que luego tuvo que pedir disculpas. “Nunca hubo una intención oculta”, aseguró.
En esa misma semana, el jefe de gabinete enfrentaba problemas relacionados con la expedición de pasaportes que, al final, terminaron causando la renuncia de otra ficha cercana del Gobierno: la excanciller Laura Sarabia. Esta última denunció que recibió presiones de Saade para no continuar los contratos con Thomas Greg and Sons y recibió órdenes de Saade para “hacer rendir los pasaportes”.
Incluso después de la salida de Sarabia, Saade fue uno de los voceros de ese tema. Aunque no hacía parte de la planta del Ministerio de Relaciones Exteriores, se encargó de anunciar por medio de X de los avances con los contratos con Portugal y la Imprenta Nacional de Colombia. Avances que Portugal rechazaba constantemente: “Nadie nos ha contactado, no entendemos las noticias del contrato”.