El presidente de la República, Juan Manuel Santos, y el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, firmarán este lunes el acuerdo final para la terminación del conflicto con un balígrafo. A pocas horas de dicha ceremonia, que pondrá fin a más de cinco décadas de conflicto armado, Santos aseguró sentirse emocionado y con algo de temor por el desafío que Colombia tiene por delante, el de construir la paz.
“Siento una gran emoción y una gran alegría por los colombianos. Sobre todo por los niños y los que están por venir. Dejarles a mis hijos, a los hijos de todos los colombianos, un país en paz, un país normal, un país donde no crezcan con miedo, es algo maravilloso”, expresó Santos.
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El balígrafo, será también el obsequio de Colombia a una quincena de mandatarios que le acompañarán el lunes en Cartagena, así lo aseguró el Presidente.
“Nosotros creamos lo que hemos llamado un balígrafo, que es una bala convertida en un estilógrafo, para decir que es la transición de las balas a la educación, al futuro. Y le voy a regalar a cada uno un balígrafo y con ese balígrafo vamos a firmar los acuerdos de paz”, señaló Santos.
Y agregó, “siento algo de temor por el desafío que tenemos por delante, de construir esa paz. Que ahí se va a requerir un esfuerzo muy grande entre todos los colombianos para la construcción de esa paz”, admitió el Presidente de la República, quien dijo además “que cuando uno tiene puerto de destino, un objetivo, no importa si los vientos son desfavorables, si el mar está muy picado. Hay que perseverar. Y comprobamos que eso es así. Este objetivo era muy difícil, ha sido muy difícil, pero finalmente lo logramos”.
Santos advirtió una vez más que la firma de la paz “es un logro de todos los colombianos. No es un logro mío, ni del gobierno. Esta paz les pertenece a todos y cada uno de los colombianos. Y por eso este esfuerzo que se ha hecho es para todos los colombianos”.
Sin embargo, según el mandatario, la mayor lección se la han dado las víctimas, una lección de vida. El Jefe del estado dijo que creyó que ellas, por haber sido víctimas, iban a ser las más duras, las más reacias a perdonar, las que iban a exigir más justicia.
“Y resulta que estaba totalmente equivocado. Las víctimas me han dado esa gran lección de vida. Que ellas tienen realmente una gran compasión, en el sentido de que no quieren que otros sufran los que ellas han sufrido”, aseguró Santos, que confesó haberse sentido muchas desanimado, en varias ocasiones, durante los cuatro de años de conversaciones con las Farc.
Pero aclaró que cada vez que escuchaba una víctima, se llenaba otra vez de energía para seguir adelante. “La soledad del poder se siente muchísimo en el palacio. Y en este proceso, por supuesto”, confesó el Mandatario.
Subrayó también que “Dios siempre estuvo presente. Yo le rezaba mucho a Dios para que mi inspirara, para que me diera fortaleza, para que me diera templanza, para que me guiara en muchas de las decisiones que había que tomar. Usted tiene que decidir entre esto y esto. Y uno de los costos de ser presidente es que uno no puede llamar a nadie más, sino que uno tiene que tomar la decisión. Y eso fue una decisión detrás de otra, porque fueron muchas decisiones y muy difíciles”, precisó Santos.
Recordó además el apoyo incondicional proporcionado por su esposa e hijos en los años de negociaciones con las Farc. “La familia para mí ha sido fundamental en esta travesía tan complicada. Cuando me veían preocupado, cuando me veían desanimado, me animaban o me cambiaban de tema para que yo me divirtiera en otra cosa”, aseguró el Mandatario.