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Un nuevo protocolo de seguridad se tomó los pabellones de los extraditables en la cárcel La Picota, en Bogotá. Un equipo especial desocupó las celdas para darle inicio al operativo.
En ese sentido, un total de 260 presos fueron trasladados temporalmente a otros patios, mientras que se inspeccionaba el lugar para encontrar irregularidades y tomar medidas de control.
El encargado de esas requisas fue un escuadrón conocido como “equipo táctico de seguridad PAS”, conformado por 77 funcionarios entrenados de manera especial por Estados Unidos. Según un comunicado del Inpec, “fueron seleccionados por su excelente trabajo y experiencia y que, de manera voluntaria, pasaron por poligrafía, y fueron capacitados en nuevas técnicas de control y seguridad”.
Además, de ahora en adelante, estarán encargados de la seguridad en este pabellón de los extraditables, en donde en los últimos meses se han presentado actividades irregulares como la entrada de comida y trago para fiestas. Precisamente, el objetivo será incautar caletas y otros espacios para esconder elementos prohibidos.
“El día de hoy hicimos un traslado interno de todos los privados de la libertad a otro pabellón dentro de La Picota, para que este nuevo grupo pueda ingresar y requisar de manera minuciosa toda la infraestructura, las ventanas, las paredes, los pisos y todo lo que se encuentra allí”, expresó el coronel Gutiérrez.
Tras esta requisa, los presos regresarán a sus lugares, pero con rotación de celdas para evitar nuevas irregularidades dentro del establecimiento carcelario.
Finalmente, el coronel Gutiérrez aseguró que implementaron un observatorio de derechos humanos para establecer un canal de comunicación directamente con los privados de la libertad para escuchar, atender sus necesidades, así como dignificar sus vidas sin descuidar la seguridad y evitar la corrupción.