Cuando alistaba la tierra para sembrar plátano, una mina antipersonal dejó gravemente herido a un indígena de 26 años miembro de una comunidad ancestral de Murindó, hecho ocurrido este martes en horas de la mañana.
La víctima es un padre de familia identificado como Diego Bailarín Carupia, perteneciente a la comunidad Turriquitadó Alto del Resguardo Río Chageradó, del municipio de Murindó.
Según la OIA -Organización Indígena de Antioquia-, Bailarín cayó en un campo minado en el corredor biológico del Chocó biogeagráfico, considerada “la zona del planeta con mayor riqueza en flora y fauna gracias inclusive al cuidado y protección de los territorios indígenas, hoy azotados por grupos armados al margen de la ley”.
Precisamente, por la presencia de grupos armados en la zona y la amenaza explícita del ELN, los guardias indígenas y médicos tradicionales no se han atrevido a trasladar a la víctima por los caminos del bosque, ya que, según amenazas previas, “volvieron a ser minados”, denuncia la OIA.
“Desde el Consejo de Gobierno Mayor de la OIA hacemos pública nuestra solicitud de trasladar desde Turriquitadó Alto a Medellín al indígena herido para que reciba atención especializada y así no engrose el número de indígenas muertos por este tipo de hechos”, clamó la organización indígena.
Bailarín, dice la OIA, “vive de la tierra”, como la gran mayoría de los Embera Eyábida, y “justo en el momento que explotó la mina se encontraba realizando labores propias de preparación de la tierra para sembrar sus cultivos de plátano y sobrevivir con su familia”.
Desde 2020, las comunidades indígenas de Antioquia han sido víctimas constantes de accidentes en campos minados. Desde ese año hasta hoy son 10 las personas que han resultado heridas con minas antipersona, además de diez que han muerto por la misma causa, entre estos cuatro menores de edad.
Por esto, los líderes de los pueblos ancestrales piden la intervención del gobierno nacional y de las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales para frenar esta situación que poco a poco ha ido diezmando a este grupo poblacional y frenando su derecho a vivir en paz.