Una faena que nunca van a olvidar, eso fue lo que vivieron unos pescadores de la vereda El Encanto, del municipio de Amalfi, cuando adelantaban sus tareas de sustento en el embalse Porce II y se toparon de repente con una animal que, dicen, nunca habían visto por esos lares. Aterrorizados y todo, se armaron de valor para capturar al animal que resultó ser un Caiman crocodylus, conocido como popularmente como caimán de anteojos o babilla, término más común en algunas zonas del país donde hace presencia esta especie silvestre.
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Un rescate ejemplar
Según el pescador Wilfer González, a pesar del susto que se llevaron, pues nunca habían visto una babilla en la zona, lo que intentaron hacer desde el primer momento fue inmovilizarla sin hacerle daño y correr a llamar a la alcaldía para ver cómo debían proceder. Una vez al tanto del insólito caso, Juan David Zapata, médico veterinario del municipio, se puso en contacto con los expertos de Corantioquia que llegaron hasta la zona y encontraron a la babilla neutralizada.
Lo que llamó la atención en este caso, tanto a los profesionales de Corantioquia como de la Secretaría de Medio Ambiente de Amalfi, es que a pesar del miedo instintivo del inédito encuentro con un animal atemorizante, los pescadores se preocuparon en todo momento por mantener a salvo al caimán y buscar ayuda profesional.
Lo que explicó Mateo García, biólogo del convenio UdeA y Corantioquia, es que ante determinados cambios de su entorno, esta especie amplía su rango de acción y en ocasiones se acercan a comunidades humanas, como pescadores en este caso, solo en busca de alimento y sin generar nunca riesgos para las personas. Es más, tanto García como Zapata, explicaron que esta especie identifica los humanos como su depredador y por lo tanto su reacción ante estos encuentros es huir, nunca atacar.
La lección más valiosa que dejó el encuentro, según el pescador, es la pedagogía que recibieron de que las babillas, en caso de volver a encontrar otras, que puede ser muy posible, no representan ninguna amenaza para ellos, y con acciones correctas: permitirles espacio y reportar su avistamiento ante autoridades municipales y ambientales, pueden convivir tranquilamente.
Peligro en Semana Santa: la caza ilegal de babillas (caimanes)
Este encuentro con final feliz para ambas partes ocurre, afortunadamente, justo cuando comienza la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza hasta la Semana Santa en abril. Resulta que este periodo es crítico para las babillas en Colombia, pues históricamente han sido víctimas de caza ilegal de manera masiva para comercializar su carne, pues con la prohibición de consumo de carnes de res y cerdo para los creyentes católicos se hizo popular consumir carne de babilla y mantenerse supuestamente libre de pecado ante los ojos de Dios.
Una práctica desafortunada que ha menguado las poblaciones de babillas, tortugas e iguanas en varias zonas de Colombia, como la Costa Atlántica, pero también en Antioquia, en el Nordeste, Bajo Cauca, Magdalena Medio y Urabá. Según una investigación del Instituto Humboldt, las autoridades ambientales y policía lucen en muchas regiones impotentes, mientras en muchos municipios, a la vista de todo el mundo, vendedores exhiben comidas típicas y gaseosas al lado de trozos mutilados de babillas y tortugas. Igualmente, ofrecen los huevos de estas especies. También las ofrecen completas metidas en neveras de icopor y con signos de la atroz violencia cometida para cazarlos.
Según Corantioquia, las babillas prefieren los lagos, ríos lentos y caños, sobre todo si existe vegetación flotante o troncos caídos. Los humanos no están en su dieta, comen crustáceos, pequeños mamíferos y aves. Lejos de ser una amenaza, pueden ser importantes aliadas de comunidades humanas, pues la presencia de esta especie es fundamental para regular poblaciones de peces, anfibios, otros reptiles y demás especies, así como en la regeneración de ecosistemas.
De manera que la acción de estos pescadores, justo al comenzar la Cuaresma, es un excepcional ejemplo de que es posible convivir con estas especies y respetar su vida y su hábitat. La babilla recibió valoración por parte de los expertos de Corantioquia que la encontraron en perfectas condiciones y posteriormente fue liberada en una zona segura.
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