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El Balcón de los Artistas se resiste a desaparecer

La corporación, que trabaja con la comunidad del barrio Manrique Oriental hace casi tres décadas, atraviesa una crisis económica. ¿Cómo la enfrenta?

  • El Balcón de los Artistas cuenta con tres compañías de baile: Sin Límite, para personas en condición de discapacidad, la infantil y la primera compañía, que es la profesional. FOTOS Jaime Pérez
    El Balcón de los Artistas cuenta con tres compañías de baile: Sin Límite, para personas en condición de discapacidad, la infantil y la primera compañía, que es la profesional. FOTOS Jaime Pérez
28 de abril de 2021
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Mateo Bohórquez descubrió El Balcón de los Artistas por casualidad. Y fue una de esas que cambian vidas.

Tenía 13 años y era reconocido en el barrio Manrique Oriental por ser, a tan temprana edad, un líder social y comunitario.

Un día en el colegio, en el que también gozaba de reconocimiento por ser una influencia positiva para sus compañeros de curso, le dejaron una tarea que consistía en buscar lugares que trabajaran por la transformación social del barrio donde vivía; ahí fue cuando conoció El Balcón entre las empinadas calles de la comuna tres de Medellín.

Allí, la danza lo envolvió. Cada paso, cada ritmo lo fue enamorando de esta expresión artística, tanto así que ahora, un lustro después, a sus 18 años, proyecta su futuro como bailarín.

Un camino que ve con esperanza gracias a esta corporación, que trabaja hace 30 años brindando oportunidades a jóvenes para que transformen sus vidas y su entorno.

Su fundadora, Martha Elena Álvarez, recuerda que en 1992, cuando la violencia se recrudecía en el barrio, pensó que a través del arte su comunidad podría encontrar una válvula de escape a su realidad; por eso, junto a su familia apostó todo por el proyecto.

“Empezamos con 30 niñas y dos niños y me sorprendió, de entrada, el compromiso con el que asumieron las clases. Encontramos una respuesta muy interesada en el proceso y con el paso del tiempo fuimos mostrándole a los chicos que hay otras formas de salir adelante”, cuenta Martha.

Desde entonces han sido casi 20.000 los jóvenes entre los 3 y los 27 años que han pasado por los salones de la corporación y han encontrado allí una alternativa de vida apartada de la violencia.

Impacto

Con el tiempo, El Balcón se fue ganando un espacio en la escena artística de la ciudad y la región. Su trabajo empezó a llamar la atención no solo por sus montajes de alto nivel, sino por el impacto positivo que fue dejando en quienes se iban involucrando.

Como el caso de Mateo, quien además de mostrar un gran talento con sus movimientos, también se destacó en el ámbito académico. Todo gracias, dice él, a la disciplina que cultivó en los ensayos de salsa, su ritmo favorito.

Hace un par de años, cuando se graduó de la Institución Educativa Enrique Olaya Herrera, fue el ganador de la Beca Mejores Bachilleres de la Alcaldía de Medellín para estudiar una carrera profesional en una de las universidades de la ciudad. Por la pandemia, pausó un año su deseo de estudiar, pero ahora adelanta el proceso de admisión en la U. de A. para cursar Licenciatura en Artes.

Ese es el objetivo que Martha Álvarez persigue con cada uno de los alumnos que tiene en El Balcón, que el arte les abra puertas a oportunidades inimaginadas.

En riesgo

Todo este trabajo, de construcción de sociedad y del ser a través del arte que El Balcón ha construido y mantenido con el paso del tiempo, parece estar en riesgo.

Todo por cuenta de la pandemia, que ha impedido la ejecución de sus programas sociales en Manrique y la oferta de servicios en su sede comercial en Laureles, con la cual se apadrinan los procesos en la comuna tres.

Daniel Posada, coordinador de mercadeo y comunicaciones de El Balcón, comenta que la corporación estaría cerca de cerrar sus puertas por la falta de recursos para su sostenimiento. Para ello, necesitan cerca de 50 millones de pesos, los cuales no han podido recaudar debido a la poca asistencia a las clases presenciales y virtuales que imparten.

Por eso, desde la entidad, que ha sido 15 veces campeona nacional e internacional de salsa (ver Para saber más), hacen un llamado a la comunidad para apoyarlos y así evitar que sus esfuerzos por transformar la vida de jóvenes vulnerables cesen para siempre.

Para impedir que esto suceda, El Balcón ha creado un programa de apadrinamiento adicional para quienes quieran respaldar sus programas.

“Quien quiera hacer un aporte puede acercarse a nuestra sede de Laureles y apadrinar a un alumno de Manrique, con esto le garantizamos a los beneficiarios sus clases, uniformes y vestuario para las presentaciones”, explica Posada.

Agrega que la intención con esto es que el padrino se involucre con el niño o joven a quien apoya, haciendo seguimiento de su proceso.

“No queremos que solo se haga un aporte y que quien lo haga se desentienda, buscamos que hagan parte de la corporación y así crear una gran red de cooperación”, precisa.

Apoyo de la administración

Si bien desde El Balcón advierten que no buscan respaldo de la Alcaldía como “fórmula de salvación”, pues el llamado que hacen va dirigido a la ciudadanía para que consuma sus servicios, EL COLOMBIANO le consultó a la Secretaría de Cultura cuál ha sido su aporte para evitar que esta corporación cierre sus puertas.

Desde esa dependencia señalan que El Balcón es una de las entidades “más relevantes” de la escena cultural de la ciudad, ganadores de las dos convocatorias de estímulos a las que se presentaron durante 2020, con un valor de $20 millones (Ley de Espectáculos Públicos) y $16 millones (para la programación de Navidad). Además, agregan, “siempre se les tiene en cuenta dentro del componente artístico de los eventos de ciudad”.

La corporación no desconoce este respaldo; sin embargo, aseguran que estos estímulos no son suficientes para sostener el proyecto.

“El Balcón es una corporación que beneficia a más de 650 niños y jóvenes cada mes y un espectáculo o una convocatoria no da abasto para el sustento mensual de la corporación, porque también vivimos de los espectáculos contratados por privados y de la inscripción de las personas en las clases, y estos cierres por pandemia han disminuido ese flujo”, expresa Posada.

Indica, además, que El Balcón está “en conversaciones con la Secretaría para ver qué alternativas tenemos pero reiteramos el llamado a la ciudadanía a que consuma cultura, lo que nosotros ofrecemos”.

De no poder recaudar los recursos suficientes, El Balcón solo podría funcionar un mes más y dejaría sin respaldo a los niños y jóvenes que cada mes llegan a sus aulas.

Por eso, la gestora de esta corporación hace un llamado a no abandonarlos: “Queremos que Medellín se apropie de este proyecto que tanto bien le ha hecho a Manrique, que ha contribuido a transformar tantas vidas”, como la de Mateo, que encontró por casualidad el sentido de su destino al son de un ritmo lleno de esperanza

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