Los informes sobre calidad del aire en Colombia no son concluyentes, pues mientras algunas investigaciones científicas asocian directamente el fallecimiento de algunas personas con la contaminación, otras entidades son menos contundentes y reclaman estudios más amplios sobre el tema, para llegar a una conclusión definitiva.
Una de las primeras alarmas fue el informe de 2015 del Departamento Nacional de Planeación (DNP), sobre los costos en salud causados por la contaminación ambiental, en el cual se señaló que unas 10.000 personas fallecen en el país, cada año, por enfermedades asociadas a la mala calidad del aire.
En 2016, cuando se declaró la primera emergencia ambiental en el Valle de Aburrá, se hizo público un estudio realizado por Elkin Martínez, docente de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, en el cual aseguraba que los decesos en la región, relacionados con la contaminación del aire, llegaban a 3.000 cada año.
Sin embargo, en 2017, durante el Foro “Por un Valle de Aburrá con aire limpio”, organizado por EL COLOMBIANO, la directora del Instituto Nacional de Salud (INS), Martha Lucía Ospina Martínez, pidió prudencia al analizar estos datos y señaló que el organismo a su cargo lidera una investigación nacional, para establecer si hay relación directa entre estas muertes y la contaminación del aire.
El estudio ya concluyó su primera etapa –revisión de literatura nacional e internacional- y se encuentra en fase de recolección de datos sobre dolencias como enfermedad pulmonar, obstructiva crónica (epoc), infección respiratoria aguda y conjuntivitis, y la época en que más casos se registran en el sistema de salud colombiano.
Algunas propuestas
Pero mientras este debate se resuelve, las autoridades locales, centros de investigación de entidades de educación superior y empresas privadas trabajan en la búsqueda de alternativas para reducir la emisión de partículas contaminantes procedentes de combustibles a la atmósfera.
Según Jhon Ramiro Agudelo Santamaría, ingeniero mecánico, “el Valle de Aburrá debería tener autoridad para tomar sus propias medidas medioambientales, como exigir que, por ejemplo, un 10% de los autos nuevos que se vendan estén diseñados para funcionar 100% con gas natural y produzcan cero emisiones, como lo hizo California”.
Agudelo explicó que “estamos en un cañón, con condiciones topográficas y climatológicas particulares respecto a otras ciudades de Colombia” y por eso se requieren medidas más drásticas.
Carmen Elena Zapata, directora del Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire) de la Universidad Nacional sede Medellín, considera que, desde la primera alerta ambiental que se presentó en el Valle de Aburrá, en 2016, “debieron haber comenzado a tomar medidas sobre el parque automotor, especialmente para volquetas, camiones y motos de 4 tiempos, que son los que más contribuyen a los niveles de PM 2,5”, las partículas más pequeñas y, más fáciles de absorber por las vías respiratorias.
Además, existen propuestas que ya se emplean en algunas ciudades y regiones del mundo que buscan contribuir a que el aire del Aburrá sea más limpio. A continuación algunas de ellas.
Supertech
Esta tecnología fue creada en Italia y actualmente funciona también en México, Brasil, Alemania, Emiratos Árabes y Suiza. Consiste en un dispositivo metálico que se introduce en el tanque del combustible, sea de gasolina o diésel. Jorge Díaz, con maestría en Ingeniería Ambiental de la U. de los Andes, explicó que el Supertech “genera unas ondas de baja frecuencia que terminan separando los átomos, para que reaccionen mejor con el oxígeno, eso hace que los hidrocarburos que se están escapando por el exhosto se reduzcan y reaccionen dentro del motor, no que se escapen generando contaminación”. Aclaró que funciona para motocicletas, automóviles, buses, camiones y hasta barcos. “Se reduciría la cantidad del consumo de combustible por kilómetro. Aunque en la estación de gasolina te siguen cobrando lo mismo, va a rendir mucho más”, explicó.
La U. de A. y el Sena han hecho pruebas en sus centros de investigación para medir la eficiencia de este sistema y determinaron ahorros de entre 5% y 15%, que dependen del modelo de vehículo, de las prácticas usuales del conductor y de las condiciones climáticas.
Según Mario Andrés Moncayo, gestor de Servicios Tecnológicos del Sena, “en las tres pruebas realizadas se pudo concluir que los dispositivos con Supertech presentaron un ahorro de consumo y se comprobó una mejoría en el rendimiento promedio de combustible del 15,25%”.
La facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de México (Unam) evaluó en 2008 un optimizador de la combustión con esta tecnología y demostró, según el investigador Rogelio González Oropeza, un incremento promedio del 8,22% en el rendimiento al usar el dispositivo.
La Helwan University, de El Cairo en Egipto; la empresa Skymart Strategy China Ltda, de Hong Kong; la Universidad Agrícola de Letonia y la Universidad de Damasco, de Siria, realizaron estudios que también demostraron efectividad en la reducción de contaminantes para el aire.
“Esta tecnología aportaría mucho al parque automotor antiguo, porque hay mayor ineficiencia en camiones, buses, maquinaria de construcción antiguas, que en los vehículos modernos”, aseguró Díaz quien aclaró que este dispositivo no genera afectaciones al vehículo ni pérdida de fuerza, porque “no se separan tanto las moléculas como con gas natural. El poder calorífico de la gasolina y el diésel sigue siendo el mismo, pero sin contaminar en la combustión”.
KleenFuel
Este sistema fue creado en el Reino Unido y trabaja filtrando y limpiando el combustible. El ingeniero Jorge Díaz explicó que esta tecnología funciona con un filtro que se instala en el tanque de diésel con una bomba eléctrica, de tal manera que filtra y devuelve al mismo tanque todo el tiempo, sin tener injerencia con el sistema de inyección. “Es un sistema de autodepuración que funciona mientras el vehículo está encendido”, acotó.
El experto lo comparó con los pacientes que tienen los riñones afectados: “Los llevan a la clínica para extraerles sangre, filtrarla y devolverla, pero la diálisis se hace en el brazo o en el cuello, no tiene nada qué ver con el filtro principal que sería el riñón”. Este filtro, añadió el experto, retiene el agua que está en el combustible y la retira, posibilitando que esté mucho más limpio, además, retiene todas las partículas que están por encima de una micra (equivalente a una milésima parte de un milímetro).
Regularmente, los tanques de combustible están con mucha suciedad acumulada. Cada vez que se tanquea, el lodo llega a los sistemas de inyección, agregó Díaz, quien ha comprobado la eficiencia de esta tecnología en los centros de Tecnologías del Transporte del Sena y la Universidad de Antioquia. “Con este sistema el tanque va a estar limpio todo el tiempo porque recircula al pasar por el filtro para retirar la mugre. Además, en la tapa trae un imán que retiene las partículas metálicas, como óxidos de hierro, que están en el fondo del tanque”, detalló Díaz.
Según hallazgos obtenidos en los laboratorios de las instituciones de educación superior, el filtro logra ahorros de combustible entre el 5 y el 14 % y una reducción de la contaminación de óxidos de nitrógeno e hidrocarburos que se generan en el ambiente. El ingeniero César Castro Rodríguez, de Jabil Circuit de México, manifestó a través de un correo electrónico que “después de varios viajes en la misma ruta, pudimos comprobar ahorro en el combustible correspondiente al 20,55%”.
Biodiésel
Jhon Ramiro Agudelo Santamaría, ingeniero mecánico con posdoctorado en combustibles, ha sido el investigador principal del “Proyecto cambio”, que evaluó los comportamientos de las mezclas de diésel con biocombustibles. Agudelo adelantó un estudio para la Federación Nacional de Biocombustibles “que estaba interesada en ver cómo operan los motores al mezclar diésel convencional con 15% de biodiésel, 20% y 100%”. Según concluyó, las emisiones contaminantes tienden a reducirse cuando se utiliza algún porcentaje de este producto en la mezcla, “debido a que se está agregando un material que tiene oxígeno molecular, que hace que se queme de mejor manera y en mayor cantidad, generando menor material particulado”, afirmó. El biodiésel puro tiene menos densidad de energía y por eso se quema bien, pero requiere más cantidad que el convencional. Así, según el experto, “se incrementa un poco el precio para el usuario, pero genera empleo, al requerir el tratamiento de las palmas para hacerlo, y mejora la salud humana”. Tras una investigación con pruebas en seis combustibles para ver el comportamiento del biocombustible en los motores de últimas tecnologías en el país (euro 3 y euro 4), se comprobó que el de aceite de palma es una alternativa efectiva para actuar ante esta realidad.
En los resultados se observó que en la medida en que se incrementa la concentración de biocombustible en la mezcla, las emisiones de material particulado disminuyen en más de un 30% y se reduce la opacidad de los humos en más de 50%.
“Su uso representa menos material particulado en la atmósfera, porque logra disminuirlas en más de 30%, lo que representa un impacto positivo para la salud pública”, dijo Agudelo. Fernando Cardeño, docente de la Universidad de Antioquia, comentó que tras hacer las pruebas, “identificamos uno que cumple con todos los parámetros de calidad”.
No obstante, una crítica a este producto ha sido el aumento en los óxidos de nitrógeno, que genera efectos adversos a la salud humana, pero los investigadores explicaron que “el incremento de la proporción del biodiésel mantiene los niveles de óxido de nitrógeno iguales al diésel o incluso más bajos”.
Jhon Agudelo indicó que con la implementación de este combustible “no se han observado cambios en el rendimiento efectivo o la eficiencia técnica del motor, pues comparar biodiésel puro vs diésel puro ha dado igual eficiencia en el motor”.
Nanocatalizadores
El Grupo de Investigación en Higiene y Gestión Ambiental de la Facultad de Ingeniería del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, dirigido por la docente investigadora Miriam Gómez Marín, realizó el proyecto denominado “Prueba para la Estimación de la eficiencia energética y la reducción de emisiones en el Valle de Aburrá”, derivados del uso de tecnología nanomolecular (moléculas muy pequeñas).
Gómez Marín afirmó que “al cumplir 25 años de trabajo investigativo, he asumido el reto de generar conocimiento para las soluciones necesarias que permitan enfrentar el reto de las actuales alertas por la contaminación del aire que afectan la salud y el bienestar de la población del área metropolitana”.
Para la realización del ensayo piloto de este estudio, los investigadores tomaron una muestra de una flota vehicular que funciona con diésel, la cual evidenció, bajo condiciones predominantes de conducción “pare – siga” o condiciones inestables, un ahorro en el consumo de combustible diésel del 6.8 %y reducciones del material particulado PM2,5, con el uso de esta tecnología nanomolecular.