Vendavales, crecientes súbitas de ríos y avenidas torrenciales en cañadas se ensañaron con los habitantes de Cañasgordas, Giraldo, Uramita y Peque, en el occidente lejano de Antioquia.
Los eventos, derivados de las fuertes lluvias que han azotado al departamento en la última semana, no han dejado víctimas mortales en esos municipios, aunque sí graves pérdidas económicas.
Tal cual informó ayer EL COLOMBIANO, el hecho más delicado se presentó en la vía que conduce de Uramita a Peque. Allí hubo pérdida de la banca, provocando el cierre total de la vía y dejando incomunicado a este último pueblo.
Jaime Enrique Gómez, director del Departamento de Gestión del Riesgo de la Gobernación (Dagrán), informó que un vendaval golpeó a los barrios Buenos Aires, Los Naranjos y El Madero, en el municipio de Cañasgordas. La fuerza de los vientos produjo destechamientos en 20 casas.
En el corregimiento Manglar, de Giraldo, hubo una creciente súbita y avenida torrencial de una cañada, lo que produjo daños en cinco viviendas en las últimas 24 horas. En estos momentos hay trabajadores y maquinaria amarilla en el territorio, sacando el lodo y escombros de la vía.