La foto de tres contratistas de la Alcaldía de Medellín vestidas con chalecos que dicen “Trabajamos para vos” mientras sonríen y posan junto a Jhon Jairo Velásquez, alias “Popeye” y exintegrante del cartel de Medellín, le dio la vuelta al mundo.
La imagen fue calificada como una ofensa a las víctimas por el propio alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, quien el pasado 29 de diciembre rechazó la conducta y aseguró que habría “tolerancia cero con esto”.
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Pero la historia dio un giro cuatro días después. El alcalde convocó a los medios de comunicación el pasado martes en la tarde y en compañía de las tres mujeres de la foto -aún identificadas como funcionarias- se apareció en el Museo Casa de la Memoria.
Él mismo explicó que tuvo un cambio de opinión. “(La foto) la rechazamos, fue lo primero, porque no podemos estar de acuerdo con eso. Pero entonces empezaron a preguntarnos: ¿qué van a hacer? ¡hay que echarlas! Pues sí, la primera decisión en su momento que yo dije fue se tienen que ir. Pero al otro día con más calma pensé: ¿qué gano yo con que ellas se vayan y luego llegan tres mujeres u hombres más y se tomen de nuevo la fotografía con él o con otros referentes de la ilegalidad?”, dijo el alcalde Gutiérrez.
La visita tenía una misión: el mismísimo alcalde recorrió con las mujeres la exposición “Medellín/es 70, 80 y 90” que hace un recuento por la historia de la ciudad en la época de mayor violencia y al final las invitó a reflexionar, a que ellas mismas concluyeran si el acto de tomarse la foto con Velásquez había estado bien o mal.
“Quería que ellas realmente pensaran qué significa para las víctimas cuando se pone en lo más alto a los victimarios. Nosotros lo que tenemos que hacer es memoria, que nunca se nos olvide el daño que tantas personas hicieron y que haya respeto por las víctimas. Y, sobre todo, que eso nunca vuelva a pasar en nuestra ciudad”, agregó.