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A 34 años, 8 meses y 20 días de prisión fue condenado este martes Santiago Zamora, el confeso asesino de la joven estudiante Daniela Quiñones, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado 15 de junio en el río Cauca, a la altura de La Pintada.
Vanesa Giraldo, la abogada defensora de la familia de la víctima, le dijo a EL COLOMBIANO que esta es una “condena ejemplar”. Informó que la lectura de la sentencia se hizo de manera virtual y fue proferida por un Juzgado Penal de Riosucio, Caldas.
La condena, en detalle, es de 416 meses por el delito de feminicidio agravado. Sin embargo, la familia de la víctima pidió que se siga investigando si hubo acceso carnal violento.
Esto está sustentado en el informe de necropsia de Medicina Legal, según el cual, hay indicios de abuso sexual por parte del victimario. “La Fiscalía ha actuado bien en este caso. Para nosotros es importante que se siga investigando si hubo acceso carnal violento”, dijo Adriana Quiñones, hermana de la víctima.
El homicida, de 33 años, confesó el pasado 6 de octubre que Daniela no quiso acceder a sus pretensiones sexuales. “Al parecer, el procesado intentó abusar sexualmente de la joven. La negativa de la mujer, frente a las exigencias de García Zamora, hizo que este la atacara quitándole la vida”, reportó la Fiscalía en un comunicado en ese momento.
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Quiñones, además, insistió en que la condena es ejemplar y envía un mensaje al país: “Los que quieran hacerle daño a una mujer deben pensarlo dos veces, este antecedente sirve para crear conciencia”.
Por su parte, David Becerra, defensor del victimario, le dijo a EL COLOMBIANO que no apeló la decisión del juez. Esto, según dijo, porque Zamora, de 33 años, recibió una rebaja por haber aceptado los cargos. “La condena quedó en firme. A la pena se le rebajó una sexta parte por la aceptación de los cargos en la audiencia de acusación”, expresó el abogado defensor.
Frente a la acusación de acceso carnal violento, Becerra dijo que “nunca se demostró”.
Daniela Quiñones era estudiante de octavo semestre de Administración en la Universidad Eafit y según sus allegados estaba ad portas de iniciar las prácticas profesionales.
Adriana, la hermana de la víctima, recuerda a su hermana como una defensora de los derechos de la mujer. La abogada Giraldo, por su parte, expresó: “Daniela murió en un acto de dignidad, luchando por sus derechos.”