Hace siete meses que la parroquia San Pío X en Itagüí quedó hecha escombros, cuando el desplome del techo arrastró consigo paredes, ventanas, vigas y puertas. Luis Alberto Alzate, habitante del sector, todavía cree que fue un milagro que nadie muriera, todo gracias a que el sacerdote Pedro Pablo Agudelo escuchó el crujido de la estructura antes de que se viniera abajo.
Aunque hoy no hay muros en el lote de 1.300 metros cuadrados en el que durante 70 años existió la iglesia, lo que sí hay es sillas, carpas y misas todos los días. Como dice el sacerdote Daniel Gómez, la ausencia de un templo no ha impedido que allí continúen los matrimonios, los bautizos y los grupos de oración.
“El lugar que adaptamos lo llamamos ‘la tienda del encuentro’”, dice el párroco, “muchos incluso pensaron que en Semana Santa no íbamos a hacer nada porque no veían muros. Pero sí la tuvimos”, indica.
Sin embargo, el trabajo de reconstruir la iglesia continúa y los sacerdotes de San Pío X acaban de presentar ante la Junta de Arquitectura de la Arquidiócesis de Medellín dos propuestas de diseño que están pendientes de aprobación por parte del arzobispo.
Mientras la Arquidiócesis elige uno de los diseños y da luz verde a la construcción, la comunidad sigue recolectando dinero para financiar los arreglos. No ha sido sencillo, añade Gómez, pero se hacen bazares, rifas y hasta se llenan alcancías.
Aún no hay una cifra exacta de cuánto podría costar la intervención, pero añade Gómez que el costo sería superior a los mil millones de pesos. Si todo sale bien, en agosto estarían comenzando las obras.
“A veces la gente nos dice que no ven que se haga nada, ni que se pongan ladrillos”, concluye el sacerdote, “pero no hay que desesperarse, estamos en la parte de planeación y a la espera de la aprobación de los diseños”.