Alcalde de Caucasia insiste en negociar con grupos armados, el Gobierno Nacional ya le respondió

En el Bajo Cauca hay presencia del Clan del Golfo y los Caparros.

El alcalde se ha comunicado con el comisionado a través de cartas. FOTO: CAMILO SUÁREZ

El alcalde de Caucasia, como hace un año, sigue pidiendo pista para negociar la paz con los grupos armados que azotan la región. Ahora le envió una carta al comisionado de Paz, Danilo Rueda, para que el Gobierno apoye una vía negociada con los Caparros y el Clan del Golfo. Jefferson Sarmiento, el alcalde, dice que ya está dando el primer paso a esa posible negociación.

En diálogo con EL COLOMBIANO, el alcalde dijo que la “única salida” al conflicto que vive la región es a través de un diálogo. Pero, ¿qué le ha respondido el Gobierno Nacional? La Oficina del Alto Comisionado para la Paz le respondió, también en una carta, que se está gestionando su solicitud para la conformación de una mesa de No fusil y No violencia. Sin embargo, el documento específica que no hay una fecha para dar inicio a tales negociaciones.

Para el alcalde, la respuesta de Presidencia es un aval para allanar el camino de la paz. “Tenemos una vía libre para presentar una estrategia real, eficaz y eficiente para sentarnos con esos grupos al margen de la ley. Nuestra iniciativa está teniendo eco”, comentó el mandatario.

El primer paso, dijo Sarmiento, es articular toda la institucionalidad del Bajo Cauca en torno a la paz. Por ahora se está construyendo esa estrategia con la diócesis, la OEA y las comunidades. “Es rodearnos todos para darle legitimidad al proceso. Lo importante es que haya una articulación y con los sectores sociales para que haya una participación real”, precisó el alcalde.

El paso a seguir, que ya depende del Gobierno Nacional, es hablar directamente con los grupos armados, como lo ha planteado la idea de la paz total.

El Bajo Cauca es una de las regiones más golpeadas por la delincuencia. Hay una confrontación entre el Clan del Golfo y los Caparros, que se disputan las rutas del narcotráfico, las extorsiones y las salidas hacia el Caribe y el Nudo del Paramillo.

Los que más sufren son los pobladores de las zonas rurales. Durante el paro armado que el Clan del Golfo decretó este año, personas del campo y de algunas cabeceras se quedaron sin comida porque los comercios no podían abrir.

Esta semana, contó el alcalde, mataron a tres personas en el corregimiento Cuturú. En esa zona, como en muchas otras del Bajo Cauca, la gente no puede salir de sus casas después de las 6:00 de la tarde por amenazas de los armados.