Si usted es víctima de acoso en el metro, puede activar el botón rojo

El botón rojo se puede usar en estas situaciones, según la empresa de transporte. No habrá vagones exclusivos.

Este sistema de emergencia en el metro de Medellín no solo funciona para atender situaciones de salud o intolerancia, sino que puede activarse en caso de acoso sexual. FOTO RóBINSON SÁENZ

A raíz de la denuncia de una ciudadana esta semana en el metro de Medellín, quien relató en Twitter que fue acosada sexualmente en un vagón, la empresa de transporte reveló algo que quizás muchos desconocen: el sistema de emergencia en los trenes, botón rojo, puede ser activado en estos casos.

El hecho que desencadenó el debate ocurrió el pasado lunes. La mujer expresó que dos hombres la intimidaron y uno de ellos se masturbó contra su cuerpo, ante lo cual ella quedó paralizada y por temor a alguna amenaza no denunció inmediatamente lo sucedido.

El Metro no solo rechazó la situación, sino que invitó a los usuarios que se sientan vulnerados dentro de las estaciones y trenes a reportar de inmediato al personal operativo o de seguridad para activar el protocolo de atención.

¿Cómo procede el Metro?

“Una persona puede presionar el botón rojo no solo en casos de salud, sino también cuando se atente contra su integridad o es testigo, por ejemplo, de una alteración al orden. Eso sí, pedimos no usarlo por curiosidad o para hacer bromas porque es un asunto serio”, explicó Juan David Parra, jefe de servicio al cliente del Metro.

Agregó que cuando el sistema se activa dentro de un vagón, el conductor del tren recibe una alerta que permite que en la siguiente estación el personal esté listo para atender la situación.

Esto permitiría, rigiéndose a lo autorizado en el Código de Policía, identificar al agresor, como en el caso de la denuncia ciudadana de esta semana, y la persona agredida debe acompañar el proceso con la denuncia formal para que el caso no quede en anécdota.

Las mujeres son las principales víctimas de acoso sexual, reconoció la empresa y reveló que en sus registros cuantificaron 35 casos el año pasado, aquellos que fueron debidamente alertados y atendidos por el personal. No obstante, existe un subregistro porque no siempre se decide contar lo ocurrido.

Según el Código Penal colombiano, este tipo de agresión, física o verbal, es considerada un delito desde 2008 y quienes incurran en él pueden recibir una condena de entre uno a tres años de prisión.

Pese a este episodio, Mariana Uribe, estudiante de UPB y colaboradora del colectivo feminista Bolívar en Falda, señaló que las violencias basadas en género son más latentes en la calle, mientras que en el metro no son tan normalizadas.

“El acoso no es un hecho aislado, la mayoría de mujeres que uno conoce han sido víctimas, es algo de todos los días que se evidencia solo cuando hay una noticia como estas, y aún así el metro es un sistema que por la cultura brinda algo de seguridad”, dijo.

Faltan más medidas

Daniela Maturana, concejala de Medellín, pidió al Metro socializar de mejor manera cómo pueden denunciarse los casos de acoso, y dijo que muestra de ello es que la gente no sabe que los botones rojos sirven para este propósito.

“A la par, nuestra propuesta desde el Concejo siempre ha sido llevar campañas al espacio público. Este tema obedece a un sistema machista del que no se escapa Medellín, los hombres siguen creyendo que las mujeres son su propiedad”, criticó.

La corporada propuso que la Secretaría de Mujeres debe trabajar con los sistemas de transporte público para lograr una transformación cultural y que se traduzca en una real equidad de género.

Incluso reveló que en escenarios administrados por el Inder planean poner placas donde se lea “Espacio libre de acoso, lugar seguro para las mujeres”, como medida para que los agresores sepan que están en un lugar vigilado.

Maturana tampoco descartó que el Metro implemente vagones exclusivos para mujeres como en otras partes del mundo, porque si bien el panorama ideal es que en un mismo lugar puedan convivir todos, la realidad demuestra que la sociedad todavía no está preparada para ello.

No obstante, la empresa descartó esta posibilidad al considerarla poco incluyente. Parra expresó que la decisión es trabajar la convivencia y no segregar a los usuarios.

Aún así, Juliet Gómez Osorio, directora de la Corporación Colectiva Justicia Mujer, alertó que en horas pico el transporte público sigue siendo inseguro para las mujeres.

Para ella, que el Metro adelante campañas educativas no implica que mientras estas muestran resultados, simultáneamente se proteja a las usuarias con sitios exclusivos .