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Durante tiempos como estos, que han cambiado las costumbres y la vida como se conocía, es natural sentir miedo, desdicha o enojo. Manuela Gómez, psicóloga de la Clínica CES, lo explica: “Estamos en un constante estado de alerta y eso tiene implicaciones a nivel emocional. Habrá quien esté más ansioso, más irritable o con temor de morir”. Y no hay una regla, cada persona tiene una manera de gestionar las dificultades. Ninguna es mejor o peor.
Gómez agrega que la empatía es clave, pues es importante validar los sentimientos propios y de los demás. “Hay que entender, ser muy paciente y comprensivo porque se trata de una situación nueva para todos y que está bajo el marco de una pandemia”.
Por esto, bien sea como paciente o cuidador, es fundamental interesarse por cómo está el otro. “Hay que dar cabida a preguntas como ¿qué pensás?, ¿cómo te sentís?, ¿estás asustado? Dialogar y expresar las emociones teniendo muy presente que cualquiera es válida. Hay que evitar frases como “no, no te preocupes”, más bien hay que evaluar cómo ofrecer ayuda y acompañamiento según lo vaya necesitando cada persona”, puntualiza Gómez.
Al ser diagnosticado con covid o enterarse de que es un familiar quien tiene la enfermedad, lo importante es procurar la tranquilidad. Para Santiago Gualteros, psicólogo, psicoterapeuta y docente de la Universidad Nacional de Colombia, “se trata de adaptarse a ese momento particular de la vida y construir una nueva identidad para llevar el proceso de enfermedad”, porque en definitiva, agrega él, “es emprender una nueva rutina y tener nuevas responsabilidades”.
Tanto el cuidador como el paciente deben trabajar por el bienestar mental. Es por esto que los expertos recomiendan, en primera instancia, evitar la sobreinformación. “Antes, durante y después del proceso de enfermedad debe atenderse solo a fuentes confiables. Además, deberán buscarse solo cuando sea necesario para no aumentar los síntomas de ansiedad”, expresa Gómez.
En ese mismo sentido, Gualteros agrega: “Nos han dicho que es peligrosísimo tener covid, pero hay que informarse bien porque también es cierto que hay un alto grado de recuperación”.
Si bien no hay cómo asegurar que al estar contagiado se tendrá una enfermedad leve o grave, sí es claro que la probabilidad estadística de mejora es alta. En Antioquia, por ejemplo, para el 26 de abril, de un total de 458.194 casos, 429.503 se han recuperado.
La persona que estará al tanto de los cuidados del paciente con covid deberá cuidar también de su mente. Gualteros reitera la importancia de poner límites y explica que de no ser así el cuidador podría terminar asumiendo responsabilidades que no le corresponden. “Si el paciente se agrava, los padres, amigos, la pareja tienden a desarrollar un sentimiento de culpa, ‘no lo cuidé’, ‘no lo llamé’”, pero son situaciones que en realidad están fuera del control de cualquiera y hacen parte de los límites que hay que establecer”.
Cuando el ciclo del sueño y la alimentación se ven afectados, es señal de que algo a nivel emocional no está funcionando. En ese caso es importante consultar con un profesional. “En ocasiones a las personas les cuesta pedir ayuda y decir ‘lo que estoy sintiendo se me está saliendo de las manos’, pero ante esa sensación hay que tener presente que hay atención psicológica a la mano y una red de apoyo cerca, eso siempre será útil al proceso”, concluye Manuela Gómez.
Finalmente, es claro que cuando se atraviesa un proceso de enfermedad física, hay también afectación emocional, por eso es fundamental no desestimar la importancia de ambas esferas. Además, recuerde que si fuese un hecho controlable , nadie se contagiaría de covid. Se puede prevenir, sí, pero no se elige. Evite juzgar, juzgarse o motivar sentimientos de culpa