Convivir en pandemia: respetar el espacio del otro

Los límites son necesarios en las relaciones humanas, y durante la pandemia más porque se está mayor tiempo con el otro.

¿Se está sintiendo mal? Lo mejor es hablarlo. Foto: Sstock

¿ Alguna vez se ha puesto a pensar qué está dispuesto a tolerar? Es decir, algo tan sencillo como cuando va a su restaurante favorito y justo cuando llega ve que hay una fila que le da la vuelta a la cuadra, ¿esperaría o no? Desde ahí sabe cuál es su límite. Igual pasa con lo que le permite a alguien: hasta dónde puede llegar esa persona en sus actos.

Cada quien tolera diferentes cosas, porque cada uno es un mundo, así que los límites del otro son diferentes a los suyos, explica Stephany Muñoz Sánchez, magíster en psicología clínica.

El espacio físico, por ejemplo, puede generar problemas en la convivencia. Existen algunos que quieren estar todo el tiempo hablando, mientras que otros prefieren estar solos. “En la pandemia se deben respetar y establecer los espacios, donde cada uno pueda estar en soledad”, menciona Muñoz.

Para el psicólogo Santiago Gualteros, “a las personas les cuesta mucho decir, quiero estar solo y necesito un tiempo para mí porque estamos acostumbrados como sociedad a necesitar del otro y esto puede generar un quiebre cuando vivimos con alguien”.

Pero es importante tener en cuenta que aunque sean miembros de la misma familia cada uno es distinto, con gustos y rasgos de la personalidad, y se debe aprender a convivir con ello estableciendo límites, sugiere Muñoz.

Se debe poder hablar del tema sin que al otro le moleste, esto va a evitar a futuro una pelea más fuerte.

“Convivir con el otro implica compartir una vida, poder respetar el tiempo y espacio de esa persona, es estar con él pero sin absorberlo , de manera sana y respetando su personalidad”, indica Natalia Saldarriaga, psicóloga clínica.

A continuación los expertos le dan algunos consejos para tener un ambiente más sano durante la convivencia.

1. Primero debe definir su límite

“Antes de hablar en familia para llegar a acuerdos, es importante que cada uno sepa qué esta dispuesto a tolerar durante la convivencia”, sugiere Muñoz.

Para ella, a veces se dejan pasar situaciones que son molestas y se van convirtiendo en algo cada vez más grande, por eso cada uno debe saber qué le molesta y dejárselo claro al otro.

2. Hablar de manera respetuosa

Para Muñoz, la conversación debe ser a modo de hamburguesa, es decir, el pan suave deben ser palabras con amor y positivas que le dirá a su compañero, y la carne, que es dura, es el problema que se está hablando. Las dos juntas forman la conversación, que debe ser de manera empática y buscando una solución, sin irrespetar o hacer sentir mal.

3. Siempre debe existir un “sí”

Gualteros señala que los límites físicos se deben respetar. Algunas personas prefieren dar abrazos y besos, mientras que a otros no les gusta el contacto físico. “Antes de hacer cualquier cosa, pregúntele al otro si puede o no hacerlo. Si la respuesta es un sí, hágalo, si tal vez le responden, no o no sé, no lo haga. Se trata de respetar el espacio personal”.

4. Cada uno tiene su espacio y tiempo

La psicóloga aconseja que después de hablar, se realice un cuadro en familia y se ponga en un lugar visible, allí cada uno tiene asignadas sus funciones y así cada quien sabe en qué momento se puede jugar y en cuáles espacios las personas están estudiando o trabajando. Esto va a evitar interrupciones que a futuro se terminan convirtiendo en algo molesto.

5. Ante la duda es mejor preguntar

Si después de llegar a un acuerdo con quien vive se le presenta una duda, pregunte. “Es mejor no suponer nada”, aclara Gualteros. Por ejemplo, si asume que a esa persona no le molesta que tome prestado algo de él sin preguntar, puede que sí le cause malestar y esto hará que existan problemas. Consulte si eso pasa, y en qué situaciones puede hacerlo.