Javier Acosta, un joven bogotano, fallecerá este viernes 30 de agosto al mediodía, luego de pedir a sus médicos la eutanasia al luchar durante cinco años con problemas de salud producto de un hongo que contrajo en una piscina en el municipio de Melgar, Tolima.
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“Hace nueve años sufrí un accidente, viajé a ver a Millonarios a la ciudad de Tuluá. Y en el trayecto de regreso sufrí un accidente de tránsito. Quedé en silla de ruedas. Hace cinco años tuve un viaje a Melgar con mis dos mejores amigas, con el hijo y yo. Entré a una piscina y lastimosamente obtuve un hongo en el glúteo izquierdo que me llegó al hueso. Eso se llama osteomielitis”, explicó Acosta en una entrevista con Noticias Caracol.
El hongo que contrajo hace cinco años comenzó a afectar sus tejidos y sus huesos, inicialmente el hueso del glúteo izquierdo, al que tuvieron que raspar. Luego, la infección bacteriana pasó al glúteo derecho. “Este hongo es una levadura que se alimenta hasta de los mismos antibióticos. En el momento estoy con tres antibióticos. Me sacaron sangre, un estudio aquí, un estudio allí y encontraron que la bacteria se desplazó más y más hasta llegar no solamente al hueso, sino a tejidos y la tengo en la sangre (leucemia)”, dijo.
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Desde hace un mes está hospitalizado. “Me hicieron otro raspado, me iban a hacer una cirugía para quedar bien, pero el hongo es tan fuerte que me acabó con los cultivos y los huesos”, dijo en un en vivo en sus redes sociales.
Con el diagnóstico de cáncer en la sangre y todos los desafíos que continúa enfrentando el joven, pidió la eutanasia y se la concedieron.
¿Qué es la osteomielitis?
La osteomielitis es una infección ósea caracterizada por la inflamación del hueso y el tejido circundante, provocada generalmente por bacterias.
La causa más común de osteomielitis es la infección bacteriana. Esto ocurre en casos específicos, cuando la bacteria que se contrae, se propaga en el cuerpo a mayor profundidad y afecta la sangre, los huesos o las articulaciones, según el portal médico MedlinePlus.
Puede originarse de varias maneras: a través de una herida abierta o una cirugía que introduce bacterias directamente en el hueso (infección directa), la propagación de bacterias desde una infección en otra parte del cuerpo a través del torrente sanguíneo (diseminación hematógena), o la extensión de una infección en tejidos cercanos, como en una articulación, al hueso (infección por contigüidad).
Los síntomas de la osteomielitis incluyen dolor en el área afectada, hinchazón, enrojecimiento y calor. Además, los pacientes pueden experimentar fiebre, escalofríos y malestar general. La infección puede afectar la movilidad y la función del hueso afectado, y en casos crónicos, puede causar la formación de abscesos o la destrucción del tejido óseo.
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Los riesgos asociados con la osteomielitis incluyen la diabetes, enfermedades vasculares y sistemas inmunitarios comprometidos, que pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones y complicar el tratamiento.
Según la Mayo Clinic, esta infección en los huesos suele ser menos común debido a la resistencia natural de los huesos a las infecciones. Sin embargo, diversos factores pueden aumentar la vulnerabilidad a esta enfermedad. Entre ellos, las lesiones recientes o la cirugía ortopédica juegan un papel significativo. Las fracturas graves o heridas profundas por punción, como aquellas causadas por mordeduras de animales o la perforación con objetos punzantes, pueden ofrecer una vía para que las bacterias ingresen al hueso o al tejido circundante.
Además, las cirugías para reparar huesos rotos o reemplazar articulaciones desgastadas pueden facilitar la entrada de gérmenes al hueso. Los implantes ortopédicos, utilizados en estas intervenciones, también constituyen un riesgo elevado de infección.
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Otro factor crucial es el deterioro en la circulación sanguínea. Cuando los vasos sanguíneos se dañan o se obstruyen, el cuerpo enfrenta dificultades para distribuir las células que combaten las infecciones y prevenir la proliferación de infecciones menores. Un corte pequeño puede convertirse en una úlcera profunda, exponiendo así el tejido y los huesos a posibles infecciones.