Sus preguntas sorprenden. Dicen cosas y construyen frases que no son nada comunes. Aprenden muy rápido. Tienen buena memoria, y algunos manejan un muy buen sentido del humor.
Estas son algunas características que pueden llamar la atención de los padres y que podrían indicar que su hijo tiene una condición de superdotado. O mejor, como lo dice el sicofisiólogo clínico, Luis Gaviria Vélez niños dotados, de acuerdo con el modelo americano más aceptado.
“Lo más visible es rasgos de lenguaje. Uno nota que los niños y las niñas que van a ser dotados tienen una riqueza de lenguaje que ensayan y salen con frases que lo dejan a uno con una sorpresa total, con un uso más avanzado que su edad”, comenta el experto antioqueño, director del Instituto de Neurociencias y Coaching en Estados Unidos
También desde el punto de vista del aprendizaje son capaces de hacer asociaciones poderosas para descubrir nuevos resultados. Y a esto se une también una gran capacidad de memoria.
Por lo general en sus reacciones emocionales son intensos y extrovertidos, “no los ves ni quieticos ni tranquilitos”, aunque también existe una variable de niños dotados que son introvertidos, que especialmente no se sienten cómodos con el contacto con adultos.
Una imaginación vívida y un alto sentido de la justicia que los lleva a preguntarse, por ejemplo, por qué algunos niños tienen que vivir en la calle y otros lo tienen todo, también hacen parte de sus características.
Pero ese comportamiento excepcional que presenta el niño no es necesariamente integral, es decir, no tiene porque destacarse en todas las áreas, complementa la sicóloga y neurosicóloga María Luisa Mejía. “Puede que a nivel intelectual, algunos están por encima del promedio porque aprenden más rápido; pero no les va bien en otras habilidades que tiene que ver con motricidad, por ejemplo. Suele haber una disincronía, diferencias significativas entre unas habilidades y otras”.
Por eso desde la neurociencia, anota Gaviria Vélez, se habla de inteligencias diversas.