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Antes de conducir, siéntese bien y abroche el cinturón

Puede parecer una operación rutinaria y que se hace de manera inconsciente, pero es la diferencia entre la vida y la muerte.

  • ilustración sstock
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28 de noviembre de 2020
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Por juan guillermo moreno

Sentarse al volante de un automóvil es una acción que tiene su ciencia, su procedimiento y su protocolo si queremos viajar cómodos, sin fatiga y con una postura que facilite la atención y la visibilidad permanente en el camino, además de una ergonomía que no afecte la naturalidad del cuerpo y evite producir dolores o deformaciones de huesos y músculos en el largo plazo. Finalmente son muchas las horas de vida que solemos pasar conduciendo un automóvil.

“La idea con lograr una posición ideal de manejo es tener siempre el control total del vehículo y tratar de mitigar las consecuencias de un impacto por no conservar una posición adecuada en la silla. Conducir muy acostado o con el espaldar en un ángulo muy inclinado en plan ‘Rápido y Furioso’ puede significar un peligro latente para la seguridad del conductor y sus pasajeros. La postura debe ser lo más natural posible”, dice Sebastián Arbeláez, ingeniero de diseño de producto.

La distancia adecuada

Lo primero que debe tenerse en cuenta es una correcta distancia entre el cuerpo y los pedales. Un truco para saber si la postura es correcta consiste en pisar el pedal del embrague a fondo hasta que la pierna izquierda quede ligeramente flexionada. “Nunca deben quedar las piernas muy estiradas porque en caso de que reciban un golpe frontal directo, el hueso hace las veces de conductor de la fuerza del impacto y se producen graves lesiones de cadera. Si por el contrario, la silla está muy cerca del volante, las piernas pierden fuerza de presión sobre los pedales y en caso de accidente, un choque de la rodilla contra el tablero puede lesionar la rótula y los ligamentos”, asegura el médico traumatólogo Wilson Arias.

Hay algunos modelos que tienen regulación de altura para la silla del conductor. La idea es ajustarla lo más baja posible para mitigar las inercias propias del frenado o las desaceleraciones y los ya mencionados golpes contra la parte inferior del tablero de instrumentos. Pero ojo, tampoco debe quedar tan bajo que el volante le reste visibilidad. Hay algunos modelos que tienen el aro ajustable en altura y profundidad, la idea es que quede en la posición más cercana al cuerpo que al agarrarlo sea, suponiendo que el timón fuera un reloj, en la posición de las dos y cincuenta o en las tres y cuarto para que los brazos formen un ángulo de 90 grados en los codos y se evite la tensión. Nunca debe tomarse el volante con las manos juntas arriba, abajo o llevarlo con una sola mano, tampoco cruce los brazos al tomar una curva

Espalda vertical

El espaldar del asiento en ningún caso debe ir más inclinado de lo normal, como si estuviera conduciendo acostado. Esta parte de la silla debe graduarse en posición vertical y lo más recta posible, máximo con una inclinación de veinte grados. Así se evita, entre otras cosas, el “efecto submarino”, es decir que en caso de un golpe, el cuerpo se deslice por debajo del cinturón de seguridad y sufra graves lesiones. “La espalda y los hombros deben ir siempre apoyados contra el espaldar, esta zona es la que debe soportar el peso del cuerpo, no las manos, pues hay gente que conduce recostada sobre el volante, dejándole ese soporte a los brazos, van colgados de la cabrilla y es una posición antinatural”, recalca el médico Arias.

El cinturón

Antes de entender el cinturón, es importante detenerse en los apoyacabezas, elementos de seguridad pasiva que, en la mayoría de los automóviles, puede graduarse en altura. La medida justa es cuando la cabeza puede descansar en el centro del elemento, evitando, en caso de golpe trasero a la carrocería, una lesión cervical por el denominado efecto “whiplash” (latigazo) .

Ahora, el cinturón es el sistema de seguridad más efectivo en un automóvil, porque retiene el cuerpo en el asiento y evita que este se golpee contra las puertas, el tablero, el volante, el airbag, los propios asientos, otros pasajeros o peor, salga despedido del vehículo a través del vidrio.

El cinturón debe ir ceñido al cuerpo y en lo posible, ajustarlo sin usar abrigos, chaquetas o prendas de vestir voluminosas, tampoco debe haber almohadillas o cojines interrumpiendo el contacto. La correa debe bajar por clavícula y hombro y ajustar transversalmente por debajo del vientre, no encima de este. Tampoco debe tocar el cuello. Para lograr el objetivo es importante ajustar la altura del sistema en el paral B (intermedio) del carro, donde está el anclaje.

Verifique que quede tensionado halando la correa hasta que sienta que aprieta el cuerpo y que la hebilla ajusta perfectamente en el anclaje del piso, también es importante que la correa no esté retorcida en ningún punto.

Tambiée debe prestar atención a los cinturones traseros. Es imperativo que todos los pasajeros los utilicen no importa el asiento que ocupen. Los niños de brazos deben ir en silla especial con cinturón ajustado y usando los anclajes especiales (Isofix) y los mayores deben tenerlo abrochado individualmente, no ir sentados en la piernas de otro pasajero.

No es solo por la sanción, es para proteger la vida de todos los ocupantes del automóvil pues en caso de accidente con desaceleración súbita, los pasajeros traseros que no llevan ajustado el cinturón se convierten en proyectiles que aumentan considerablemente su peso como consecuencia de la inercia, golpeando a los de adelante y ocasionando heridas graves o la muerte de ambos. Tómese unos minutos para ajustar bien la seguridad en su automóvil.

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