Es que desde hace varios años, lo que ocurre detrás de la barra dejó de ser un complemento para convertirse en una experiencia con identidad propia y por eso esta inclusión es un hito que no solo celebra al establecimiento, sino que reafirma a Medellín como una ciudad que hoy también se reconoce por su propuesta líquida.
Para Carmen, el ingreso al ranking tiene un significado que va más allá del bar: “Es un hito importante, porque celebramos la ciudad. Carmen es el primer restaurante bar que le enfocó mucho de esa pasión y también esa creatividad a lo que pasaba detrás de la barra, así como pasaba en la cocina”, le contó a EL COLOMBIANO y añadió que todo esto significa que “nos están viendo, no solo como una ciudad para disfrutar de una buena gastronomía sino para también vivir esa experiencia gastronómica en la barra”.
En este listado también ingresó el bar Mamba Negra de Medellín; La sala de Laura en Bogotá y Alquímico en Cartagena. “Fueron 4 lugares y 2 están en Medellín, eso es impresionante y muestra ese cambio y evolución de la ciudad desde propuestas de calidad que están ofreciendo realmente una bebida con una conceptualización detrás, buscando que te conectes, no solamente salir a rumbear”, detalla Carmen.
Desde la barra
Maycoll Tobón es el director del Bar Carmen y Gilfredo Martínez es el jefe del Bar, más conocido como Gil, quien también conversó con EL COLOMBIANO sobre este logro.
“Actualmente hay muy buenas barras en Medellín, la experiencia a nivel de líquidos es muy grande (...) pero lo más bonito es que todos estamos creciendo muy de la mano. Es un gremio muy unido el de Medellín, creo que casi todos los bartender nos conocemos y siempre compartimos salidas o siempre estamos recomendando lugares”.
Ese crecimiento también ha implicado redefinir lo que significa estar detrás de una barra. Cuando se le pregunta qué se necesita para asumir ese rol, Gil responde desde lo cotidiano: “Hay muchas cosas, pero básicamente hay que tener buena disposición. Eso es lo principal porque al final estás en el día a día con diferentes personas, entonces tienes que tener esa hospitalidad con todo el que llega”.
La técnica, dice, llega después. “Ya la parte de las bebidas e ir creando yo creo que eso ya se obtiene con el tiempo, con experiencia, pero yo creo que lo más importante es esa vocación de hospitalidad”.
Esa idea de hospitalidad y creación conecta directamente con la filosofía que Carmen ha desarrollado durante años en la cocina y que también se trasladó a la barra.
“Comenzamos a entender que no era solamente compartir esa creatividad y pasión en toda esa propuesta de cócteles de autor que se llamaba antes, ahora me gusta más el término de ‘creaciones de la casa’”, explica Carmen y por eso el bar se convirtió en un espacio vital para expresar territorio e identidad. “Comenzamos a entender que desde lo líquido podíamos compartir esa mega biodiversidad que nos inspira, nos mueve”.
Creando cócteles
Tanto Carmen como Gil dejan claro que nada de eso ocurre de manera individual. La creación de los menús y de los cócteles son un trabajo colectivo. “Somos un equipo creativo, es un trabajo colectivo con muchas, muchísimas reuniones”, resume Carmen.
Gil detalla cómo ese proceso toma forma. Con Maycoll Tobón como director de bar, las ideas se cruzan, se discuten y se transforman.
Entonces si vas al Bar Carmen hoy encontrarás una carta inspirada en los fanzines, esos folletos o medios con los que se comunicaban en los 60 y 70 desde los movimientos políticos hasta los pensamientos sociales que se fueron tornando alternativos y una forma de comunicar el rock, el punk o el cine. “Y se vuelve nuestra forma de comunicar los ingredientes de los cocteles y esta riqueza biológica que queremos compartir a través de la propuesta de bar”, detalla Carmen quien precisa que son diseños realizados por amigos, diseñadores y artistas urbanos de Medellín en donde se muestran sus viajes de investigación que al final son la base e inspiración para esa creación de cóctel. “Entonces ahí mostramos el chontaduro, la caña, las caras del viche y más”.
Pero ese trabajo creativo debe dialogar con la cocina y además un cóctel no se queda quieto. Gil explica que evoluciona porque la materia prima cambia, las frutas no son iguales todo el año, “lo importante es que se mantenga el sabor y la esencia del mismo tiempo”.
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Entre las creaciones, hay una que se volvió referente: el B.C.E. Carmen detalla que “esas son las letras de las vitaminas que se encuentran en el tamarindo”, pero este no es el tamarindo de un supermercado, no, es el tamarindo silvestre, de Santa Fe de Antioquia, “la esencia del tamarindo, con toda su fortaleza de acidez”. El coctel es cremoso y tiene mezcal, licor de limón asado, panela y sal de hormigas limonarias, “que vienen del Amazonas”, añade Gil.
Pero como nada es estático, Carmen anota que también en el bar cada tres meses se hace un refresh y un nuevo cóctel ingresa a la carta y otro sale.
Concluimos esta conversación con un poco de nostalgia, devolviéndonos en el tiempo cuando Carmen llegó hace 17 años y todo lo logrado hasta hoy. “Tengo puro agradecimiento, mucha gratitud. No somos estáticos y esa palabra me encanta porque Carmen no es lo que era hace 2 años, no es lo que fue hace 5. Tampoco cuando celebramos el año pasado los 15 años, somos un ente con muchas personas que hacen parte de ese gran equipo y que ponen su granito para que esto siga floreciendo y evolucionando en una ciudad como Medellín que es muy dinámica”, concluyó.