El cuarto jueves de noviembre se celebra en Estados Unidos su tradicional día de Acción de Gracias, el cual es uno de los pocos días nacionales con descanso que tienen en ese país y básicamente es una tradición para reunir a la familia y a los seres queridos para compartir una cena especial (generalmente con pavo) y agradecer a Dios por la buena cosecha y las bendiciones que se han recibido durante todo el año. En general para las reuniones se llevan alimentos.
La historia de este día festivo se remonta al origen mismo de los Peregrinos, los colonos que llegaron a América buscando separarse de Inglaterra y su religión establecida, y querían libertad de culto para adorar a Dios a su propia manera.
Ellos se embarcaron en 1620 en el “Mayflower”. Querían llegar a la colonia de Jamestown, Virginia, en América del Norte, pero debido a las tormentas, salieron de ruta y llegaron a lo que hoy en día es Plymouth, Massachusetts.
Durante el primer invierno los peregrinos pasaron amargas penas, muchos colonos murieron de hambre, pero algunos sobrevivieron y con ayuda de un indígena nativo, Squanto, pudieron aprender a cosechar el maíz y también a relacionarse con las tribus indias vecinas. Como agradecimiento, cuando terminaba el año, les ofrecieron un gran banquete como agradecimiento, a ellos y a Dios, por las bendiciones en ese año más próspero.
Desde entonces el día de Acción de Gracias se ha mantenido relativamente estable y presidentes de los Estados Unidos como George Washington y Abraham Lincoln se encargaron de integrarlo a las leyes de su país. Además, de esta tradición surgió otra que se ha logrado esparcir al resto del mundo, el Black Friday (Viernes Negro).