En el mundo existen alrededor de 300 tipos de flores comestibles. En Colombia, esta tendencia ha tomado fuerza en los últimos seis años; su uso gastronómico se da por factores como el sabor, la textura, la forma y el color.
Daniel Campo Robledo, director de Natunova, empresa vallecaucana que produce flores comestibles, explica que nuestro país, al ser de clima templado, tiene todos los pisos térmicos, lo que facilita el cultivo del 85 por ciento de estas especies.
“Colombia es un país floricultor, de hecho somos los segundos exportadores de flores a nivel mundial después de Holanda” manifiesta Campo Robledo.
Al ser tan delicadas su conservación varía, algunas permanecen en buen estado hasta 5 días en la nevera, pero hay otras que duran solo 24 horas después de la cosecha.
Paulina Jaramillo, propietaria de la Huerta de las Delicias, indica que las flores pueden ser utilizadas en ensaladas, carnes, pasteles, postres, helados y bebidas y se eligen de acuerdo a su sabor.
“Hay flores que son picantes, algunas son muy sutiles y otras son amargas. El uso más común es en la repostería, en tortas, cupcakes, tartas, galletas y demás”, comenta Paulina.
Pero hay que ser muy cuidadoso, antes de ingerir una flor o prepararla, es mejor documentarse y explorar qué tipo de flores sirven para adornar y cuáles para cocinar porque no todas son comestibles. Algunas pueden producir reacciones alérgicas por el polen y otras intoxicaciones.
“Hay flores que tienen un nivel de toxicología de 1 a 3, hay unas especies de lirios que llegan a 3 que pueden ser muy tóxicas, incluso pueden matar a un mamífero”, añade Campo Robledo.