Este 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta es una alteración genética, más no una enfermedad, que puede afectar a 1 de 1.000 niños en el mundo.
Lo que causa esta variación es la existencia de una copia extra en el cromosoma 21, que son los encargados de determinar la forma y el funcionamiento del cuerpo. Por esto, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la mayor autoridad en salud pública en Estados Unidos, las personas con Síndrome de Down suelen tener dificultades en el desarrollo.
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Algunos de estos síntomas pueden ser dificultad en el habla o problemas de aprendizaje, o también evidenciarse físicamente.
Hasta ahora, hay tres tipos de Síndrome identificados de acuerdo a la variación genética que lo origina: la trisomía 21, que es el que el 95% de las personas con esta alteración tienen; Síndrome de Down por traslocación, que solo se presenta en el 3% de los casos, y Síndrome de Down con mosaicismo, que representa el 2%.
A pesar de que los expertos aún no saben por qué ocurre el Síndrome, sí se han identificado algunos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de este. Una de ellas es la edad en la que una mujer quede en embarazo, ya que a partir de los 35 años pueden ser más altas las probabilidades de tener un bebé con esta alteración. Haber tenido un hijo con Síndrome de Down también puede aumentar el riesgo.