Por caminos separados, Virginia Sar fue desarrollando desde pequeña sus dos grandes pasiones: la escritura y la cocina. Mientras por un lado redactaba cuentos, novelas e historias de todo tipo, por el otro empezó a involucrarse, de la mano de su madre, en la cocina, sin imaginarse que muchos años después ambos haceres se fusionarían.
La chef del canal El Gourmet es también la cara detrás del blog Divino Macaron, un espacio en el que el estilismo brilla como hilo conductor de sus recetas.
¿Cómo es eso de cocinar para una imagen?
“La cocina para mí es el vehículo para elaborar mis imágenes. Muchas veces la inspiración viene de distintas formas. A veces llega cuando encuentras un producto que te inspira, está súper tentador y la receta comienza la inspiración por su lado; otras veces estoy con ganas de hacer algo en determinada paleta de colores, en pasteles por ejemplo, entonces surge por otro lado. Cocinar pensando en una producción te va llevando por un camino que busca determinadas formas, colores y sabores y se cocina con un fin: lograr esa estética particular que estás buscando”.
¿La literatura, qué tanto ha inspirado tu trabajo?
“La verdad es que los cuentos y las novelas que escribía de más chica ahora están un poco relegados. Igualmente soy una persona que dejo que mi cuerpo se exprese. A veces me levanto y tengo ganas de escribir, a veces quiero hacer un trabajo de carpintería. En el blog participo de la escritura más que nada para poder transmitirle a la gente, primero, sensaciones; segundo, situaciones de vida, y en adelante poder comunicar las recetas de una forma comprensible”.
¿Cómo nace el blog?
“Nada que ver con la cocina. En ese momento estaba haciendo un curso de ilustración de cuentos infantiles y mi maestro me animó a abrirlo. Al principio me pareció mucha exposición, porque lo que uno escribe lo tiene guardado en su casa, y no lo ve nadie. No muchos amigos sabían que escribía, y, bueno... La verdad es que me animé. Empecé a publicar algunas imágenes y textos, después por casualidad un día publiqué una receta... Ya hace 9 años por lo menos. En ese momento me empezaron a preguntar tips, secretos, cómo lo había hecho, me pedían que publicara algo más y entonces seguí con esto. La verdad es que, un poco, la gente fue la culpable. Así empecé a hacer imágenes de ejemplo, después quería que fueran más tentadoras, y después me interesó lo artístico, y que las fotos trasmitieran un climax, y una cosa llevó a la otra”.
¿Qué peso le das a la presentación versus el sabor?
“Yo creo que es un cincuenta-cincuenta. Un plato tiene que verse tan bien como va a saber. Tiene que existir un equilibrio. No puede ser más lindo de lo rico que es. Creo que hay que poner muchísimo esfuerzo en lograr un buen sabor, esa sorpresa en boca en cuanto a textura, acidez, cremosidad. Y después, al momento en que presentas un plato es súper importante el estilismo, porque si el plato sabe de maravilla, pero cuando lo ves es feo, no te va a provocar”.